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Quien Era Rebeca En La Biblia?

Quien Era Rebeca En La Biblia

Rebeca
Información personal
Sepultura Tumba de los Patriarcas
Familia
Padre Betuel
Cónyuge Isaac
Hijos

Jacob Esaú

Rebeca, Rebekah o Rivka (‘ רִבְקָה, en hebreo estándar Rivqa, en hebreo tiberiano ‘ ) fue una matriarca bíblica y la mujer y sobrina segunda de Isaac, Su historia se narra en el Génesis, Rebeca era muy hermosa (de ahí viene su significado) pero exhibía una gran sencillez.

  1. Rebeca fue la madre de los gemelos Esaú y Jacob, siendo este último su elegido.
  2. Era nieta del hermano de Abraham, Najor,
  3. Abraham era el padre de Isaac,
  4. La Biblia relata que Abraham envió a Eliezer, jefe de sus sirvientes, con el objetivo de encontrar una mujer para su hijo que no fuera cananea,
  5. El criado hizo lo que le pidió su amo y encontró a Rebeca.

Impresionado por su amabilidad y la buena situación de su familia, la eligió como esposa de Isaac y se la llevó junto a su futuro marido. Nada más verla Isaac se enamoró de su elegancia y belleza. Después se la llevó a la tienda de su madre, Sara, para casarse con ella.

¿Qué le dijo Dios a Rebeca?

45 Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca que salía con su cántaro sobre el hombro, y descendió a la fuente y sacó agua. Y le dije: Te ruego que me des de beber.46 Y enseguida bajó su cántaro del hombro y dijo : Bebe, y también a tus camellos daré de beber.

¿Qué enseñanza nos deja la historia de Rebeca?

Objetivo – Enseñar a los niños que las mismas bendiciones eternas que se les prometieron a Abraham, a Isaac y a Jacob pueden ser de ellos si hacen convenios matrimoniales en el templo y los honran.

¿Cuál es el significado de Rebeca en la Biblia?

Su significado en el hebreo más probable era ‘conexión’ o ‘cautivante’.

¿Quién es Rebeca en Génesis?

QUE NOS DICE LA BIBLIA SOBRE REBECA – Quédate con nosotros en esta maravillosa historia. Estando Abraham ya anciano y sabiendo que pronto moriría pidió a su siervo que le ayudase a buscar una esposa para su hijo ISAAC dentro de su parentela. Su siervo de inmediato se puso en marcha en busca de dicha esposa.

Llegó a la ciudad de NAJOR hermano de ABRAHAM y allí oró al señor Dios de Abraham y se dijo, en esta tierra he de encontrar una buena esposa para el hijo de mi siervo Abraham. La señal que indicaría la joven elegida sería la siguiente; se le pedirá agua para deber y ella deberá ofrecer agua no solo para su siervo sino también para los animales.

Rebeca es un Ejemplo de Trabajo y Solidaridad Rebeca venía de una familia adinerada, tenían varios sirvientes, pero sus padres siempre le enseñaron el trabajo duro. Ella debía salir todos los dias al final de la tarde al pozo en busca de agua. Debia llevar con un cántaro sobre sus hombros para dar de beber a su familia y animales ( Génesis 24:11-14),

  1. Un día mientras ella buscaba agua en el pozo, un hombre que pasaba por la ciudad con sus camellos se detiene y le dice, “Por favor, dame de beber”.
  2. Ella al verle de inmediato se compadeció de aquel hombre y le da de beber.
  3. Su generosidad es tan grande que ella decide no solo darle de beber a aquel hombre, sino que también le ofrece agua a sus camellos.

Ella responderá exactamente como se lo ha pedido el siervo al señor sin ella saberlo. Génesis 24:11-14 POR QUE EL SIERVO DE ABRAHAM ELIGE A REBECA COMO ESPOSA PARA ISAAC Las escrituras nos cuenta que ella dice, “Beba, señor mío,” Cuando había terminado de darle de beber, dice: “También Sacaré Agua para tus camellos hasta que hayan terminado de beber.” Génesis 24:17-19 Cuando termina de beber aquel hombre le pregunta de ” ¿De quién eres hija? Rebeca le responde soy hija de Betuel y le ofrece hospedaje.

  • No cabe duda que ha esta jóven le enseñaron el valor de la solidaridad y la compasión por los demás.
  • Sin duda Rebeca posee un gran corazón hospitalario.
  • Génesis 24:22-27,
  • El Siervo de Abraham se Hospeda en Casa de la Familia de Rebeca Para nosotros los occidentales, los matrimonios concertados puede resultarnos extraños, pero en muchos otros lugares aún todavía suceden y son uniones muy normales.

Resulta que la familia de Rebeca estaba emparentada con la familia de Abraham. El siervo emocionado le cuenta a Betuel y su familia sobre su amo y la bendición que ha recibido de tener un hijo y le cuenta también sobre su misión de encontrarle una pareja al joven Isaac.

El siervo le dice que ha orado al señor para que le ayudase a encontrar pareja para Isaac en aquella ciudad y que ha dicho que la elegida seria la jóven que se acerque al pozo y le brinde agua de beber a el y a sus camellos. Les cuenta que se siente maravillado porque esta Joven había sido su hija Rebeca por el cual pedia su mano.

Betuel el padre de Rebeca también se alegra, eran personas creyentes en Dios y sabe que Isaac es muy buena elección para Rebeca. Asi que decide aprobar la unión. Encuentro de Rebeca con Isaac El matrimonio de Rebeca con Isaac fue sencillo. Ambos se encontraron luego de que ella saliera de la casa de sus padres con sus doncellas y su nana Débora. Ellas emprendieron su viaje a casa de Abraham montadas en camellos. La tarde que Rebeca llega a la ciudad de Abraham, ISAAC sale a pasear por el CAMPO cuando de lejos divisó unos camellos, y REBECA a su vez también alzó los ojos y vio al joven ISAAC.

  1. Al encontrarse ella se bajó del camello y se cubrió el rostro con su velo.
  2. Génesis 24:62-65 ).
  3. El siervo contó a ISAAC lo sucedido y el de inmediato se enamora de ella ( Génesis 24:67; 26:8 ).
  4. Su unión se consuma cuando Isaac pasa la noche con ella en su tienda.
  5. Rebeca Concibió a dos Gemelos Rebeca procrea dos hijos con ISAAAC en su primer embarazo y constantemente sentia en su vientre la lucha de lo dos dentro de ella.

Esto le causaba fuertes dolores hasta el punto que en su oración pregunta al señor ¿para qué vivo yo? Y el Señor le responde: “Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos se dividirán desde tus entrañas; Un pueblo será más fuerte que el otro, Y el mayor servirá al menor.” Génesis 25:22-23 Al nacer los dos hijos, los llamaron JACOB Y ESAU, ambos eran amados y cuidado por ella.

  1. Los dos recibieron la misma educación pero lo cierto es que, REBECA noto algo distinto en JACOB que no poseía ESAU.
  2. La forma como Jacob salió de su vientre le dio a REBECA el discernimiento para saber que el poseía dotes especiales de lucha y entrega y es que JACOB al nacer le asió el talón a su hermano ESAÚ.

Es REBECA quien lo induce a que suplante a su hermano para recibir la bendición de su padre. REBECA está segura de que es Jacob quien necesitaba más aquella bendición que definitivamente lo lanzaría a un futuro promisorio. Génesis 27:1-30 Podríamos decir que RECEBA educó y capacitó a un hijo para llevar acabo la misión que DIOS mas tarde le impondría.

¿Cuáles eran las virtudes de Rebeca?

Rebeca
Información personal
Sepultura Tumba de los Patriarcas
Familia
Padre Betuel
Cónyuge Isaac
Hijos

Jacob Esaú

Rebeca, Rebekah o Rivka (‘ רִבְקָה, en hebreo estándar Rivqa, en hebreo tiberiano ‘ ) fue una matriarca bíblica y la mujer y sobrina segunda de Isaac, Su historia se narra en el Génesis, Rebeca era muy hermosa (de ahí viene su significado) pero exhibía una gran sencillez.

Rebeca fue la madre de los gemelos Esaú y Jacob, siendo este último su elegido. Era nieta del hermano de Abraham, Najor, Abraham era el padre de Isaac, La Biblia relata que Abraham envió a Eliezer, jefe de sus sirvientes, con el objetivo de encontrar una mujer para su hijo que no fuera cananea, El criado hizo lo que le pidió su amo y encontró a Rebeca.

Impresionado por su amabilidad y la buena situación de su familia, la eligió como esposa de Isaac y se la llevó junto a su futuro marido. Nada más verla Isaac se enamoró de su elegancia y belleza. Después se la llevó a la tienda de su madre, Sara, para casarse con ella.

¿Qué promesa le hizo Dios a Rebeca?

Dudando de la voluntad de Dios – Sin embargo, Rebeca era estéril (Gen.25), y es allí donde podemos ver un cambio en su carácter. Para Rebeca, pasan veinte años de afrenta, aflicción y frustración, en los que la bendición dada por su familia no se cumple.

¿Por qué, Señor?, seguro preguntó en más de una ocasión. A menudo me hago esa pregunta. Hace seis meses trabajaba junto a mi esposo en nuestra empresa de fotografía, cuando él recibió la propuesta de regresar a su antiguo empleo. Luego de pedir dirección al Señor, mi esposo decidió aceptar. Para mí, significaba tener mañanas de soledad (¡que no era algo que anhelaba!), no compartir mis horas de reflexión con él, y encargarme nuevamente de casi todo en nuestra empresa.

La vida perfecta por la que había luchado se esfumaba. ¿Por qué, Señor? Si sigues leyendo la historia de Rebeca, verás que Isaac oró al Señor en favor de Rebeca y ella concibió (Gn.25:21). Los 20 largos años de espera tuvieron un propósito enorme: mostrar el poder y la fidelidad de Dios para su pueblo.

  1. Él había prometido que Isaac tendría descendencia; Él cumpliría aún abriendo una matriz estéril.
  2. Pero junto al propósito de su propia gloria, también hay otro: nuestra santificación (1 Ts.4:3).
  3. La voluntad de Dios siempre es buena.
  4. Nuestra tarea es conocer y seguir sus preceptos, y confiar en que lo que Él hace tiene un buen fin Con el tiempo, he aprendido que cada una de las cosas que me suceden tienen un propósito mayor del que yo puedo imaginar.

La voluntad de Dios siempre es buena. Nuestra tarea es conocer y seguir sus preceptos, y confiar en que lo que Él hace tiene un buen fin: que veamos su grandeza y que nuestro carácter sea conformado al de Él. ¿Fue esto lo que pensó Rebeca? Su respuesta a las condiciones de su embarazo parecen mostrar lo contrario.

  1. Los hijos luchaban dentro de ella y ella dijo: “Si esto es así, ¿para qué vivo yo?” (Gn.25:22a).
  2. De la Rebeca que dijo sin titubear “iré”, hemos pasado a una Rebeca que se queja, aún cuando el Señor cumple su deseo.
  3. ¡Y cuán a menudo somos como ella! Las dificultades muestran lo que hay en nuestro corazón y qué tanto confiamos en el Señor.

Sin embargo, aunque hubo queja, Rebeca aún muestra algo de sensatez: “Y fue a consultar al Señor” (Gn.25:22b). ¿Consultamos nosotras al Señor cuando sentimos que todo se está poniendo de cabeza en nuestras vidas?

¿Cuántos años tenía Rebeca cuándo se casó con Isaac?

(7-2) Génesis 24-28. ¿Cuándo y dónde ocurrieron los acontecimientos sucedidos en la vida de Isaac y Jacob? – Por la información cronológica dada en Génesis y en el libro de Moisés, se calcula que Isaac nació aproximadamente 1900 años a.C. y que tenía cuarenta años de edad cuando se casó con Rebeca.

  • Esaú y Jacob nacieron veinte años después, o sea, unos 1840 años a.C.
  • La huida de Jacob a Padam-aram, o Harán, probablemente ocurrió unos 1800 años a.C., lo que significa que los doce hijos nacieron entre 1800 y 1780 a.C.
  • En la genealogía real de Adán, Abraham ocupaba el vigésimo lugar, Isaac el vigésimo primero y Jacob el vigésimo segundo.

De acuerdo con la información que ha prevalecido hasta los tiempos modernos, Isaac vivió toda su vida en una zona que puede ser encerrada en un círculo de ciento sesenta kilómetros de diámetro. En la parte norte de este círculo estaría Jerusalén, donde Abraham llevó a su hijo, y la parte sur de Israel, conocida como el Neguev, ocuparía la mayor parte del círculo.

Por otra parte, Jacob viajó mucho más lejos, yendo hasta Harán, en las regiones norteñas del Eufrates y posteriormente hasta Egipto donde José, su hijo, lo protegió durante su vejez. En el Neguev se realizaban actividades agrícolas propias de un terreno árido. Parece que Isaac, que era pastor, y su gran familia encontraron allí suficientes pasturas y otros medios de subsistencia.

Tenían que emigrar de un lugar a otro, sin embargo, por causa de los períodos de hambre que ocasionalmente se producían. Muchos siglos de conflictos, el abandono y algunas causas naturales han tornado al Neguev, desde aquel entonces hasta el presente, en una zona estéril que cubre casi la mitad de lo que es hoy día Israel.

En años recientes los israelíes han estado convirtiendo al Neguev en una zona otra vez productiva. Isaac vivió en estas tres zonas del Neguev: Beer-lahai-roi, Gerar y Beerseba. Al igual que su padre, Isaac hizo cavar muchos pozos y a menudo llevaba a su tribu y a sus rebaños a donde se podía encontrar agua.

Isaac era un hombre pacífico, según nos dice la historia, y prefería emigrar a otras tierras y cavar nuevos pozos antes que luchar por los que ya había abierto. El Señor lo hizo prosperar enormemente. Gerar está al sudoeste de Jerusalén, Beerseba al sudeste de Gerar y a unos sesenta kilómetros del extremo sur del Mar Muerto.

El clan de Isaac se estableció en Beerseba y se ha asociado dicha comunidad con su nombre desde entonces. Beerseba está a ochenta y cinco kilómetros al sur de Jerusalén y en el Antiguo Testamento marcaba la frontera sur del reino de Judá. Al huir hacia Padam-aram (Harán), Jacob tuvo una visión excepcional en Betel, en el lugar donde su abuelo, Abraham, había levantado un altar muchos años antes.

A unos diecisiete kilómetros al norte de Jerusalén, Betel posteriormente se convirtió en el centro religioso del reino del norte. Imagen Ruta seguida por Jacob hasta Harán, en Padan-aram

¿Qué significa el nombre Rebeca en el amor?

Qué significa Rebeca – El significado del nombre Rebeca es ” aquella que lleva lazo”, por ese motivo, también puede tener el siguiente significado: “aquella que une”. Otro de los significados que se asocian a este nombre femenino es “mujer fiel”, por su origen bíblico.

¿Qué rol tuvo Rebeca en el hecho de que Jacob?

Lección 30: Génesis 25–27 Antiguo Testamento: Manual del maestro de seminario Lección 30: Génesis 25–27 Lección 30 Antes de su muerte, Abraham otorgó todo lo que tenía a Isaac. Rebeca, la esposa de Isaac, dio a luz a gemelos, llamados Esaú y Jacob. Esaú vendió su primogenitura a Jacob, y más tarde Isaac otorgó a Jacob la bendición de la primogenitura, que incluía las bendiciones del convenio de Abraham.

¿Qué escogerían? ¿Por qué? ¿En qué se parece esa situación hipotética a algunas de las situaciones que afrontamos en la vida?

A medida que los alumnos estudian las elecciones de una persona que cambió una posesión valiosa por algo que tenía menor valor, aunque inmediato, invítelos a buscar principios que los podrían guiar en situaciones parecidas. Para resumir, explique que estos versículos hablan de los últimos años de Abraham en la tierra, su muerte, y la muerte del hijo de Abraham y Agar, Ismael.

  • Antes de morir, Abraham se casó con una mujer llamada Cetura, quien tuvo seis hijos.
  • En las Escrituras se hace referencia a Cetura como una concubina (véase ).
  • Explique que la palabra concubina se usa para describir a las mujeres del Antiguo Testamento que, en la época y la cultura en la que vivían, estaban legalmente casadas a su esposo, pero tenían una posición social inferior a la esposa.

Pida a un alumno que lea en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para saber lo que Abraham dio a sus hijos antes de morir.

¿Qué le dio Abraham a Isaac? ¿Qué les dio a Abraham a sus otros hijos? ¿Por qué piensan que Abraham dio todo lo que tenía a Isaac, en lugar de dividir sus posesiones igualmente entre todos sus hijos?

Explique que Isaac recibió más que los otros hijos de Abraham debido a la primogenitura de Isaac. El hijo que tenía la primogenitura heredaba no sólo las tierras y posesiones del padre, sino también la posición del padre como el líder espiritual de la familia y la “autoridad de presidir” (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, ).

Entonces, el hijo era responsable de usar esos recursos para proveer para las necesidades de la familia. A menudo, la primogenitura se pasaba del padre al hijo mayor. Sin embargo, la rectitud era más importante que ser el primogénito. La primogenitura que Isaac recibió de Abraham también incluía todas las bendiciones y responsabilidades del convenio de Abraham.

Esaú vende su primogenitura a Jacob Invite a un alumno a leer en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber cómo bendijo el Señor a Isaac y a su esposa, Rebeca. (Puede que tenga que explicar que estéril significa que no podía tener hijos.) Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.

¿Qué hizo Rebeca para saber por qué sintió una lucha en el vientre? ¿Qué le enseñó el Señor a Rebeca en cuanto a los dos hijos que tendría?

Destaque la frase “el mayor servirá al menor” en, Explique que eso indica que el hijo menor con el tiempo heredaría la primogenitura en lugar del primogénito. Invite a un alumno a leer en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio, y que una mitad averigüe el nombre y las características del hijo mayor, y la otra mitad que busque el nombre y las características del hijo menor.

¿Qué hubieras hecho en esta situación si hubieras estado en la posición de Esaú?

Haga referencia a la porción de comida que mostró o dibujó antes en la pizarra, y recuerde a la clase la pregunta que hizo de si querrían una pequeña porción en el momento, o esperar para recibir un suministro interminable de su comida favorita.

¿En qué se parece la decisión a la que se enfrentó Esaú a la situación con la porción pequeña de comida?

Invite a un alumno a leer en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y vea lo que escogió Esaú.

¿Qué quiere decir en el que “menospreció Esaú la primogenitura”? (Si lo desea, señale que Esaú trató su primogenitura como si tuviera muy poco significado o valor.)

El Señor guía y bendice a Isaac Resuma y explique que el Señor guió a Isaac y lo bendijo, tanto espiritual como temporalmente. El destacar las bendiciones de Isaac, nos ayuda a entender lo que Esaú perdió cuando vendió su primogenitura a Jacob. Pida a algunos alumnos que se turnen para leer en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y se fije en maneras en las que el Señor bendijo a Isaac.

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Basándose en lo que encontraron en, ¿qué bendiciones podía haber heredado Esaú si hubiera retenido su primogenitura?

Muestre un recipiente pequeño y pida a los alumnos que mediten en la decisión que tomó Esaú.

Pensando en lo que han aprendido en cuanto a la primogenitura que vendió Esaú, ¿cómo describirían la decisión que él tomó de vender la primogenitura por un recipiente de potaje?

Explique que Esaú perdió bendiciones no sólo por su decisión de vender la primogenitura, sino también debido a otras malas decisiones que tomó. Pida a un alumno que lea en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para conocer más decisiones que tomó Esaú que le privaron de bendiciones.

De acuerdo con, ¿con qué tipo de mujeres se casó Esaú? (Explique que los heteos eran personas que no creían en Dios, sino que adoraban a ídolos.) ¿Por qué podían haber entristecido a Isaac y a Rebeca esos matrimonios? (Quizás deba explicar que las decisiones de matrimonio de Esaú impidieron que él, sus esposas y sus hijos recibieran las bendiciones del convenio de Abraham, incluso el convenio del matrimonio eterno, que es un requisito para que logremos la vida eterna.) ¿En qué se parece la decisión de Esaú de casarse con mujeres Heteas a la decisión que tomó de vender su primogenitura? ¿Qué podemos aprender de las elecciones de Esaú y sus consecuencias? (Después de que respondan los alumnos, podría usar sus palabras para escribir una declaración en la pizarra parecida a la siguiente: Si valoramos más los placeres temporales o mundanos que las bendiciones eternas, entonces podríamos perder esas bendiciones.)

Para ayudar a los alumnos a entender cómo se relaciona este principio con ellos, quizás podría darles copias del siguiente volante. Podría pedir a los alumnos que llenen el papel de forma individual o en grupos pequeños.

Debido a los convenios que hemos hecho como miembros de la Iglesia de Jesucristo, somos herederos de todas las bendiciones del convenio de Abraham, tal como lo era Esaú antes de vender su primogenitura.Enumera algunos placeres temporales o mundanos que los jóvenes de hoy en día podrían tener la tentación de valorar más que las bendiciones eternas: Escoge un punto de la lista y explica cómo el procurar tener eso podría causar que una persona perdiera bendiciones:

Después que los alumnos hayan tenido tiempo suficiente para llenar el papel, podría invitar a algunos a compartir lo que escribieron con la clase. Isaac bendice a Jacob para presidir a sus hermanos Explique que, aunque Esaú había vendido su primogenitura a Jacob, su padre, Isaac, seguía teniendo la responsabilidad de otorgar la bendición de la primogenitura sobre uno de los hijos.

Para resumir, explique que Isaac tenía la intención de dar la bendición de la primogenitura a Esaú. Sin embargo, Rebeca había sabido por revelación que Jacob debía recibir la primogenitura (véase ). Rebeca indicó a Jacob que se acercara a Isaac, que era ciego, y se presentara como si fuese Esaú para que Jacob pudiera recibir la bendición de la primogenitura.

Jacob llevó a cabo el plan renuentemente y recibió la bendición. Si lo desea, explique que el Señor quería desde el principio que la bendición de la primogenitura se le diera a Jacob. Después de que Isaac se enteró que había otorgado la bendición de la primogenitura a Jacob sin saberlo, él pudo haber anulado la bendición y haber maldecido a Jacob.

¿Qué principio podemos aprender de la reacción de Esaú en cuanto a las consecuencias de poner deseos mundanos o inmediatos por encima de las prioridades eternas? (Los alumnos pueden usar otras palabras, pero deben poder determinar algo semejante a lo siguiente: Poner los deseos mundanos o inmediatos por encima de las prioridades eternas, con el tiempo llevará al pesar y al remordimiento.)

Destaque que parece que Esaú no experimentó pesar y remordimiento de inmediato, sino que eso ocurrió más adelante, cuando Esaú comenzó a experimentar las consecuencias de sus malas decisiones.

¿Por qué creen que es importante darse cuenta de que quizás no experimentemos pesar y remordimiento inmediatamente después de nuestras malas decisiones?

Resuma y explique que Esaú sí recibió una bendición de Isaac. Sin embargo, al estar enojado por haber perdido la bendición de la primogenitura, Esaú decidió matar a Jacob. Rebeca instruyó a Jacob que viajara a Harán, donde podría estar a salvo de Esaú.

  1. Si lo desea, invite a los alumnos a testificar de los principios que han analizado hoy.
  2. Podría añadir su testimonio a los que se compartan.
  3. Asegure a los alumnos que cualquier mala decisión que hayan tomado puede superarse por medio de la fe en Jesucristo y el arrepentimiento.
  4. A fin de ayudar a los alumnos a aplicar lo que han aprendido, muestre la siguiente declaración: Invite a los alumnos a escribir esta declaración en una hoja de papel, y que la pongan donde la puedan ver a menudo para alentarlos a tomar decisiones rectas.

“Piensa en la perspectiva futura, no sólo en lo que sucederá hoy o mañana. No renuncies a lo que más anhelas en la vida por algo que ahora crees desear ” (Richard G. Scott, “Jesucristo, nuestro Redentor”, Liahona, julio de 1997, pág.66). Comentarios e información de contexto Diferencias entre Esaú y Jacob El élder Dallin H.

  1. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, resumió las diferencias que hay entre Jacob y Esaú y describió una valiosa lección de los errores de Esaú: “Esaú, que era el primogénito, ‘menospreció’ su primogenitura. (véase ).
  2. Jacob, el gemelo que nació segundo, la deseaba; Jacob valoraba lo espiritual, mientras que Esaú quería lo mundano Muchos como Esaú han renunciado a algo de valor eterno por satisfacer un apetito pasajero por las cosas del mundo” ( “La espiritualidad”, Liahona, enero de 1986, pág.47).

” me voy a morir” Seguramente, las palabras de Esaú, “yo me voy a morir” eran una exageración y una justificación de sus acciones. “Jacob ciertamente habría socorrido a Esaú, de corazón, si su vida hubiera estado en peligro. El propósito de este relato parece ser principalmente demostrar cuán poco valoraba Esaú la primogenitura.

  • Sus necesidades físicas inmediatas eran más importantes para él que el convenio.
  • Una evidencia adicional de esta actitud es el hecho de que Esaú se casó con mujeres cananeas, lo cual interrumpía la línea del convenio (véase )” ( El Antiguo Testamento, Manual para el alumno, Génesis–2 Samuel,, pág.65 ).

Jacob recibe de Isaac la bendición de la primogenitura Es posible que algunos alumnos se sientan confundidos con el relato en porque parece indicar que hubo personas justas que cometieron errores al procurar el control de quién recibiría la bendición de la primogenitura.

  • Después de que Isaac se enteró que había otorgado la bendición de la primogenitura a Jacob sin saberlo, él pudo haber anulado la bendición y haber maldecido a Jacob.
  • Sin embargo, en lugar de cancelar las bendiciones de la primogenitura a Jacob y conferirlas a Esaú, Isaac confirmó que la bendición de la primogenitura se había otorgado a la persona que el Señor quería que la tuviera.

Debido a que el Espíritu del Señor lo dirigía, Isaac supo que había dado la bendición al hijo correcto. : Lección 30: Génesis 25–27

¿Cómo se conocieron Isaac y Rebeca?

Introducción – Después de la muerte y entierro de Sara, Abraham mandó a un siervo a su antigua tierra para encontrar una esposa para Isaac de entre los familiares de Abraham, que era gente del convenio. El criado obedeció las instrucciones, oró para recibir ayuda del Señor y conoció a Rebeca.

¿Cuándo es el día de Rebeca?

Rebeca es uno de esos nombres para niñas de origen hebreo que significa ‘la que lleva un rizo’ o ‘cautivante’. Se trata de un nombre que enlaza directamente con la tradición bíblica y que puede ser perfecto para resaltar la dulzura de vuestra hija. Rebeca ha sido durante décadas uno de los nombres preferidos por los padres, aunque en la actualidad no es uno de los más frecuentes. El 23 de marzo es uno de los días más especiales del año para todas las familias en las que hay una abuela, madre o niña que se llama Rebeca. Y es que este es el es el día que el santoral celebra Santa Rebeca; más concretamente a Santa Rebeca del Himlaia o Santa Rebeca de Himlaya.

  1. Esta mujer sagrada nació durante el siglo XIX en Líbano y su nombre original era Rafka Choboq Ar-Rayes.
  2. Cuando aún era muy joven, Rebeca sufrió un duro golpe: la muerte de su madre.
  3. Incapaz de mantener a toda la familia, su padre envió a la pequeña como sirviente a una casa.
  4. A su vuelta, se encontró que su padre se había vuelto a casar y que la esposa de este quería que concertarle un matrimonio con su hijo.

Fue en ese momento cuando pidió ayuda a Dios y este le mostró el camino hacia el convento, Se hizo monja, bajo el nombre de Sor Rafka. El santoral recoge su día por la gran ayuda que siempre brindó a los enfermos y a todos aquellos que la necesitaban. El nombre Rebeca es utilizado en todo el mundo variando muy poco su forma. ¿Sabías que se trata de uno de los nombres más frecuentes en Estados Unidos y en Australia? Aunque en estas zonas del mundo en las que se habla inglés, lo más común es encontrar este nombre escrito como Rebecca.

En alemán es común escribir este nombre como Rebekka y en francés como Rebèque. Sus diminutivos Rebe y Becca son también muy aceptados por las niñas en todo el mundo. Lo mismo que Beck, que es la forma corta de este nombre traducido al inglés. El cine cuenta con actrices de la talla de la estadounidense Rebecca De Mornay o la británica Rebecca Hall.

Y sin salirnos del cine, no podemos evitar mencionar la inolvidable película de Alfred Hitchcok, ‘Rebecca’, basada en la novela del mismo nombre de la escritora Daphne du Maurier. Una de las películas del maestro del suspense que más ha calado entre el público, hasta el punto de que en España, pasó a denominarse ‘rebeca’ al tipo de chaqueta que aparece en ella. La numerología nos propone un juego muy curioso: saber cuál es el número que corresponde con cada uno de los nombres y conocer algunos rasgos de la personalidad de aquel pequeño. ¿Cómo podemos dar con ese número? Lo primero que debes saber es que cada letra tiene un valor según la posición que ocupa en el abecedario.

En este caso, tenemos la siguiente distribución: R (9), E (5), B (2), E (5), C (3), A (1). Si sumamos estas cifras tenemos el número 25 y, si volvemos a sumar estos dos números tenemos que Rebeca se relaciona con el número 7, Los bebés que, como Rebeca, están conectados con el número 7 tienen un carisma especial.

Todos sus conocidos caen con mucha facilidad en sus redes, ya que su personalidad es atractiva y nunca pasa desapercibida. Por el significado de su nombre, Rebeca implica una personalidad seductora, dulce y enigmática, pero sin perder ni un ápice de fortaleza. ¡Nos encanta el nombre de Rebeca! Sin embargo, antes de que te decantes por él queremos que estés seguro de tu elección. Por ello, te proponemos otros nombres para niñas que suenan parecido. Y es que todos ellos comienzan por la letra R,

Rocío, El nombre de Rocío tiene una gran tradición, sobre todo en países como España. Son muchos los padres que se decantan por este nombre porque desprende una gran fuerza. Su origen es latino y significa ‘lágrimas de flor’. ¡Precioso! Rosana, Igual que Rebeca, el nombre para niñas Rebeca tiene tres sílabas y empieza por R. El origen de este nombre es latino y significa ‘Como una rosa’. Si quieres utilizar el diminutivo de este nombre, puedes decantarte por Ros, Rosa o Rosi. Ruth, Si hay un nombre de origen bíblico bonito y que ha perdido a lo largo de los años con toda su frescura ese es Ruth, que también se puede escribir como Rut. Se trata de un nombre de origen hebreo que significa ‘amistad’. Regina, Regina es uno de esos nombres para niñas que transmiten elegancia y porte. Esto se debe al significado tan ‘real’ que tiene, ya que significa ‘ reina ‘. El origen de este nombre es latino. Raquel, Son muchos los padres que han escogido el nombre de Raquel para su hija. Es un nombre que viene del hebreo y que significa ‘oveja del señor’. Rita, Este es un nombre corto, pero contundente. Puede ser una buena opción para tu bebé que está en camino si quieres ponerle un nombre con gancho. Se trata de un nombre de origen latino que significa ‘ceremoniosa’.

Si finalmente has decidido llamar Rebeca a tu hija, ¡gran elección! Solo tienes que recordar que el 23 de marzo es su día especial. ¡Feliz día de Santa Rebeca! Puedes leer más artículos similares a Día de la santa Rebeca, 23 de marzo. Nombres para niñas, en la categoría de Santos – Bíblicos en Guiainfantil.com.

¿Qué señal dio Rebeca?

MUJERES DE LA BIBLIA – REBECA

MUJERES DE LA BIBLIA REBECA Hace ya algún tiempo iniciamos una sección titulada Mujeres de la Biblia, que entonces dedicamos a Sara, la fiel y apasionada mujer de Abraham. Después otros proyectos se nos fueron cruzando en el camino, pero no nos olvidamos de las mujeres fuertes del “Antiguo Testamento”. Hoy continuamos con Rebeca, la esposa de Isaac y madre de Esaú y Jacob. Rebeca es otra mujer decisiva en el destino del pueblo hebreo, del pueblo escogido. Sin ella la historia bíblica habría sido muy diferente. Su peripecia vital, o al menos la que interesa para el destino de Israel, se lee en el “Génesis” y presenta los siguientes aspectos: 1. Cómo Rebeca conoce y se casa con Isaac 2. El nacimiento de sus hijos 3. Episodio de Guetar 4. Su intervención en la primogenitura de Jacob 5. La orden que da a Jacob para que parta a casa de Labán Veamos con mayor atención estos acontecimientos. En el “Antiguo Testamento” (Génesis, 24) se incluye un relato, muy bien narrado y con gran lujo de detalles, en torno al “Casamiento de Isaac”. Al morir Sara, la madre de Isaac, éste se quedó desconsolado. Pasaron los años y seguía sin contraer matrimonio; tanto que Abraham, su padre, se inquietó y encargó a uno de sus siervos que le escogiera esposa, pero le hizo prometer que no la buscaría en Canaán, pues que allí eran paganas, sino en Mesopotamia, en la tierra de sus padres, en la suya propia: “Era Abraham ya viejo, muy entrado en años, y Yavé le había bendecido en todo. Dijo, pues, Abraham al más antiguo de los siervos de su casa, el que administraba cuanto tenía: “Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo. Yo te hago jurar por Yavé, Dios de los cielos y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en medio de los cuales habito, sino que irás a mi tierra, a mi parentela, a buscar mujer para mi hijo Isaac” (Génesis, 24, 1-4). El siervo, lógicamente, le presenta una serie de objeciones porque no le parece tarea fácil ésa: “Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo, a la tierra de donde saliste?” Díjole Abraham: “Guárdate muy bien de llevar allá a mi hijo. Yavé, Dios de los cielos, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, que me ha hablado, y me juró, diciendo: A tu descendencia daré yo esta tierra, enviará a su ángel ante ti y traerás de allí mujer para mi hijo. Si la mujer cono quisiera venir contigo, quedarás libre de este juramento, pero de ninguna manera volverás allá a mi hijo”. (Génesis, 24, 5-8). El pobre siervo, desorientado, parte para la tierra de su señor y allí hace lo que él considera más lógico: le pide una señal a Dios: “Tomó el siervo diez de los camellos de su señor, y se puso en camino, llevando consigo de cuanto bueno tenía su señor, y se dirigió a Aram Naharaím, a la ciudad de Najor. Hizo que los camellos doblaran sus rodillas fuera de la ciudad, junto a un pozo de aguas, ya de tarde, a la hora de salir las que van a tomar agua, y dijo: “Yavé, Dios de mi amo Abraham, salme al encuentro hoy, y muéstrate benigno con mi señor Abraham. Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciudad vienen a buscar agua: la joven a quien yo dijere: Inclina tu cántaro, te ruego, para que yo beba; y ella me respondiere: Bebe tú y daré también de beber a tus camellos, sea la que destinas a tu siervo Isaac, y conozca yo así que te muestras propicio a mi señor” (Génesis, 24, 10-14). Parece que el viejo criado pide mucho, no sólo busca a una mujer caritativa, que le haga la merced de darle de beber a él, un extranjero, sino que además pide que sea capaz de sacar ella misma el agua necesaria para los camellos. La mujer que haga eso bien puede ser la esposa de Isaac: “Y sucedió que antes de que él acabara de hablar, salía con el cántaro al hombro Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, la mujer de Najor, hermano de Abraham. La joven era muy hermosa, y virgen, que no había conocido varón. Bajó al pozo, llenó su cántaro y volvió a subir. Corrió a su encentro el siervo y le dijo: “Dame, por favor, a beber un poco de agua te tu cántaro”. “Bebe, señor mío” le contestó ella; y bajando el cántaro apresuradamente con sus manos, le dio a beber. Cuando hubo él bebido, le dijo: “También para tus camellos voy a sacar agua, hasta que hayan bebido lo que quieran” (Génesis, 15-19). Muy contento con su suerte, el viejo siervo aún quiere saber más y le pregunta de quién es hija. No sale de su asombro cuando Rebeca le contesta quién es, es la sobrina nieta del propio Abraham: “Soy hija de Batuel, el hijo que Melca dio a Najor” (Génesis, 24, 24). Y no sólo eso, sino que le invita a ir a casa de su padre a pasar la noche, dando muestras de tener un corazón limpio y puro. El siervo entiende que era la señal que esperaba y da las gracias, ante el asombro de Rebeca: “Postróse entonces el hombre y adoró a Yavé, diciendo: “Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de hacer gracia y mostrarse fiel a mi señor y a mí me ha conducido derecho a la casa de los hermanos de mi señor”. Corrió la joven a contar en casa de su madre lo que había pasado” (Génesis, 24, 26-28). A continuación nos enteramos de que a Labán, el hermano de Rebeca, le llaman la atención el anillo y los brazaletes que el siervo le ha dado a la joven y acude a la fuente para rogarle al hombre que vaya a su casa y ofrecerle la hospitalidad, que era sagrada en la época. El propio Labán atiende a los camellos y le sirve de comer al siervo, aunque éste primero quiere contar su misión. Le cuenta, de una manera muy sencilla, pero didáctica para el lector, toda la historia que ya sabemos. El viejo siervo de confianza de Abraham está inquieto y quiere saber si ha concluido su búsqueda o no. Todos se apresuran a contestar que la voluntad de Dios es lo primero: “Labán y su casa contestaron, diciendo: “De Yavé viene esto; nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. Ahí tienes a Rebeca; tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Yavé”. Cuando el siervo de Abraham hubo oído estas palabras, se postró en tierra ante Yavé, y sacando objetos de plata y oro y vestidos, se los dio a Rebeca, e hizo también presentes a su hermano y a su madre” (Génesis, 50-53). La historia prosigue con elementos de carácter práctico. A la mañana siguiente, el siervo pretende llevarse ya a Raquel, pero, para su familia, la noticia ha sido precipitada y se resisten a dejarla ir tan pronto. Rebeca soluciona el conflicto diciendo que quiere partir. Parece intuir que la misión que la aguarda es de suma importancia y no puede demorarse. Su familia le bendice con estas sencillas palabras: “Hermana nuestra eres; que crezcas en millares de millares y se adueñe tu descendencia de las puertas de los enemigos” (Génesis, 24, 60). Rebeca no parte sola, como era natural en una joven de casa adinerada. La acompañan sus doncellas y su nodriza. Y aquí la historia cambia de escenario y vuelve de nuevo a Isaac quien, hasta ahora, había permanecido ajeno a su propio futuro: “Volvía un día Isaac del pozo de Lajai Roi, pues habitaba en la tierra de Negueb, y había salido para pasearse por el campo al atardecer, y, alzando los ojos, vio venir camellos. También Rebeca alzó sus ojos, y viendo a Isaac, se apeó del camello, y preguntó al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encentro?” El siervo le respondió: “Es mi señor”. Ella agarró el velo y se cubrió. El siervo contó a Isaac cuanto había ocurrido, e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de Sara, su madre; la tomó por mujer y la amó, consolándose de la muerte de su madre” (Génesis, 24, 62-67). En la época era costumbre que el marido no viera la cara de su esposa hasta la noche de bodas, así no es de extrañar que Rebeca se cubra la cara con premura al ver a Isaac. Nada más se dice de la impresión que tuvieron el uno del otro, pero queda claro que Isaac se consoló con Rebeca de la muerte de su madre, Sara. A todo eso, Abraham volvió a tomar mujer y tuvo varios hijos más, aunque los envió a oriente, lejos de su hijo primogénito, Isaac. Abraham murió a los 175 años. Tras su muerte, Isaac fue bendecido por Yavé y siguió viviendo junto al pozo de Lajai Roi. Entendemos, por los datos que nos da la historia, que Rebeca era mucho más joven que Isaac, cuando se desposaron. Isaac tenía 40 años. Al principio Rebeca tardó en quedarse embarazada y las malas lenguas decían que era estéril. Cuando, por fin, concibió, tuvo un embarazo difícil: “Chocábanse en su seno los niños, y dijo: ¿Para esto a qué concebir?” Y fue a consultarle a Yavé, que le dijo: “Dos pueblos llevas en tu seno, dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra nación. Y el mayor servirá al menor.” (Génesis, 25, 22-23). Estas palabras la indican que los dos hermanos serán el origen de dos pueblos que siempre tendrán problemas para convivir, como son los edomitas (descendientes de Esaú) y los israelitas (descendientes de Jacob). Finalmente dio a luz dos gemelos, el mayor Esaú y el menos Jacob. Sabido es que los nombres no se ponían en balde, sino que significaban algo. Así Esaú vendría a significar “el velludo o peludo” y Jacob parece ser que significa “Dios proteja”, aunque la etimología popular relaciona su nombre con el hecho de su curioso nacimiento. Isaac tenía entonces 60 años: “Salió primero uno rojo, todo él peludo, como un manto, y se le llamó Esaú. Después salió su hermano, agarrando con la mano el talón de Esaú, y se le llamó Jacob” (Génesis, 25, 25-26). Estos muchachos crecen y se dedican a labores distintas, a Esaú le atrae la caza porque es fiero y fuerte; a Jacob le atrae más la vida tranquila y el hogar. Los padres estaban divididos, aunque Rebeca muestra claramente sus inclinaciones hacia el pequeño. Se narra el episodio conocido de la venta de la primogenitura por un plato de lentejas como podemos leer: “Hizo un día Jacob un guiso, y llegando Esaú del campo, muy fatigado, dijo a Jacob: “Por favor, dame de comer de ese guiso rojo, que estoy desfallecido”. Por esto se le dio a Esaú el nombre de Edom. Contestóle Jacob: “Véndeme ahora mismo tu primogenitura”. Respondió Esaú: “Estoy que me muero; ¿qué me importa la primogenitura?”. “Júramelo ahora mismo”, le dijo Jacob; y juró Esaú, vendiendo a Jacob su primogenitura. Diole entonces Jacob pan y el guiso de lentejas; y una vez que comió y bebió, se levantó Esaú y se fue, sin dársele nada de la primogenitura” (Génesis, 25, 29-34). A todo esto, hay un inciso en la historia y Rebeca vuelve a cobrar protagonismo. Se declara un episodio de hambre y han ir a Guetar por indicación de Yavé, que no quiere que vuelvan a Egipto. En ese momento Yavé hace la promesa a Isaac igual que la hubiera hecho a su padre: “.te bendeciré, pues a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, cumpliendo el juramento que hice a Abraham tu padre, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y le daré todas estas tierras, y se gloriarán en tu descendencia todos los pueblos de la tierra, por haberme obedecido.” (Génesis, 26, 3-5). El rey de Guetar es Abimelec, rey de los filisteos quien, en el pasado, se encaprichó de Sara por un episodio similar al que vamos a referir. Isaac no quiere decir que Rebeca es su esposa por miedo a que lo maten, ya que Rebeca es muy hermosa. Abimelec, que ya está escarmentado de la otra vez, observa en secreto a Isaac y Rebeca y ve que él la acaricia, con lo cual deduce que no es su mujer y lo hace llamar para pedirle explicaciones. Finalmente, el rey ordena que nadie los toque y que los dejen vivir en paz. Tanto es así que su hacienda se engrandece en demasía y sufre la envidia de los filisteos quienes le ciegan continuamente los pozos para impedir que abreven sus animales. La tensión va en aumento, pero Isaac porfía una y otra vez, abriendo nuevos pozos. Al final, el propio rey pacta con él, dadas sus riquezas, y han de aprender a vivir en paz. En la propia familia hay también problemas, porque Esaú contrae matrimonio con mujeres del país que no gustan a sus padres, antes al contrario, “fueron para Isaac y Rebeca una amarga pesadumbre” (Génesis, 26, 35). Por último, llegamos al episodio crucial del relato que es cuando Isaac, ya anciano, sin apenas vista, decide bendecir a su hijo mayor antes de morir. Ruega a Esaú que salga al campo y le prepare un buen guiso antes. Rebeca que ha estado muy antena corre a decírselo a Jacob y no sólo eso, interviene y cambia el destino. Ordena a su hijo Jacob que le traiga dos cabritos para que ella misma haga el guiso: “Ahora, pues, hijo mío, obedéceme y haz lo que yo te mano. Anda, vete al rebaño y tráeme dos cabritos buenos para que yo haga con ellos a tu padre un guiso como a él le gusta y se lo lleves a tu padre, y lo coma y te bendiga antes de su muerte” (Génesis, 27, 8-10). Jacob pone obstáculo porque él es lampiño y su hermano velludo y su padre lo reconocerá al tacto; pero Rebeca se muestra con una voluntad indomable, dispuesta a beneficiar a su hijo pequeño a toda costa: “Sobre mí tu maldición, hijo mío; pero tú obedéceme. Anta y tráemelos” (Génesis, 27, 13). Sigue Rebeca siendo la protagonista de este momento decisivo: “Tomó Rebeca vestidos de Esaú, su hijo mayor, los mejores que tenía en casa, y se los vistió a Jacob, su hijo menor; y con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y lo desnudó del cuello; puso el guiso y pan, que había hecho, en manos de Jacob, su hijo y éste se lo llevo a su padre.” (Génesis, 27, 15-17). Isaac sospecha al principio, pro acaba por bendecir a su hijo pequeño, como si fuera el primogénito. Cuando ha acabado su bendición llega Esaú, pero ya no se puede dar marcha atrás porque las palabras han sido pronunciadas. Esaú se desconsuela y ruega una bendición, la que sea, porque ya se sabe sin nada y le duele. Isaac entonces pronuncia estas palabras que más que bendición parecen una maldición: “Mira, fuera de la grosura de la tierra será tu morada y fuera del rocío que baja de los cielos. Vivirás de tu espada y servirás a tu hermano; mas cuando te revuelvas, romperás su yugo de sobre tu cuello” (Génesis, 27, 39-40). Es comprensible, desde un punto de vista humano, que Esaú comience a odiar visceralmente a su hermano, aunque no se priva de decirlo e incluso de advertir que lo matará algún día. Rebeca, en ese momento, vuelve a intervenir para torcer el curso de los acontecimientos y le ordena que parta a su tierra, a casa de su hermano Labán con la pretensión de que tome mujer allá: “Mira, tu hermano Esaú quiere vengarse de ti matándote. Anda pues, obedéceme, hijo mío, y huye a Jarán, a Labán, mi hermano, y estáte algún tiempo con él, hasta que la cólera de tu hermano se aparte de ti, se aplaque su ira y se haya olvidado de lo que le has hecho; yo mandaré allí a buscarte. ¿Habría de verme privada de vosotros dos en un solo día?”. Rebeca dijo a Isaac: “Me pesa la vida a causa de las hijas de Jet; si Jacob toma mujer de entre las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero vivir?” (Génesis, 27, 42-46). Y a partir de aquí nada más de sabe de Rebeca. Podemos imaginar que le dolería la ausencia de Jacob, quien tuvo que pasarse mucho tiempo en casa de su tío Labán, aunque ésa es otra historia. El propio Isaac da la autorización para la partida. A Rebeca no se le pueden hacer sólo alabanzas; eso está claro, pero acaso sea ése su mayor encanto puesto que se muestra como una mujer con aspectos negativos y positivos, una mujer de carne y hueso, que a veces decide bien y otras decide mal. Rebeca supo mostrarse como una mujer caritativa y eso gustó a Dios, quien la escogió como esposa de Isaac. Rebeca fue también buena esposa y buena madre hasta cierto punto, ya que demostró un favoritismo sin motivo hacia su hijo pequeño, quizá porque el mayor presentó aún mayor voluntad que ella al casarse con paganas, quizá por otras razones que desconocemos. El caso es que Rebeca cambió el destino y al hacerlo sembró el odio y el rencor en el corazón de su hijo mayor, a la vez que desataba problemas en su propia familia. Y ella misma sufrió la condena al verse privada del hijo al que más amaba. Pero no vamos a juzgar a Rebeca, no somos quiénes para hacerlo, acaso estaba jugando un papel mucho más importante en la historia del pueblo escogido, mucho más importante de lo que ella misma hubiese podido imaginar nunca. Acaso ella misma no fue quien escogió hacer lo que hizo.

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: MUJERES DE LA BIBLIA – REBECA

¿Cómo se llama la abuela de la muerte en la Biblia?

La Muerte es hija legítima del pecado, el pecado es hijo abortivo de la concupiscen- cia, con que la concupiscencia es la verdadera abuela de la Muerte.

¿Qué significa el nombre Rebeca en el amor?

Qué significa Rebeca – El significado del nombre Rebeca es ” aquella que lleva lazo”, por ese motivo, también puede tener el siguiente significado: “aquella que une”. Otro de los significados que se asocian a este nombre femenino es “mujer fiel”, por su origen bíblico.

¿Qué señal dio Rebeca?

MUJERES DE LA BIBLIA – REBECA

MUJERES DE LA BIBLIA REBECA Hace ya algún tiempo iniciamos una sección titulada Mujeres de la Biblia, que entonces dedicamos a Sara, la fiel y apasionada mujer de Abraham. Después otros proyectos se nos fueron cruzando en el camino, pero no nos olvidamos de las mujeres fuertes del “Antiguo Testamento”. Hoy continuamos con Rebeca, la esposa de Isaac y madre de Esaú y Jacob. Rebeca es otra mujer decisiva en el destino del pueblo hebreo, del pueblo escogido. Sin ella la historia bíblica habría sido muy diferente. Su peripecia vital, o al menos la que interesa para el destino de Israel, se lee en el “Génesis” y presenta los siguientes aspectos: 1. Cómo Rebeca conoce y se casa con Isaac 2. El nacimiento de sus hijos 3. Episodio de Guetar 4. Su intervención en la primogenitura de Jacob 5. La orden que da a Jacob para que parta a casa de Labán Veamos con mayor atención estos acontecimientos. En el “Antiguo Testamento” (Génesis, 24) se incluye un relato, muy bien narrado y con gran lujo de detalles, en torno al “Casamiento de Isaac”. Al morir Sara, la madre de Isaac, éste se quedó desconsolado. Pasaron los años y seguía sin contraer matrimonio; tanto que Abraham, su padre, se inquietó y encargó a uno de sus siervos que le escogiera esposa, pero le hizo prometer que no la buscaría en Canaán, pues que allí eran paganas, sino en Mesopotamia, en la tierra de sus padres, en la suya propia: “Era Abraham ya viejo, muy entrado en años, y Yavé le había bendecido en todo. Dijo, pues, Abraham al más antiguo de los siervos de su casa, el que administraba cuanto tenía: “Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo. Yo te hago jurar por Yavé, Dios de los cielos y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en medio de los cuales habito, sino que irás a mi tierra, a mi parentela, a buscar mujer para mi hijo Isaac” (Génesis, 24, 1-4). El siervo, lógicamente, le presenta una serie de objeciones porque no le parece tarea fácil ésa: “Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo, a la tierra de donde saliste?” Díjole Abraham: “Guárdate muy bien de llevar allá a mi hijo. Yavé, Dios de los cielos, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, que me ha hablado, y me juró, diciendo: A tu descendencia daré yo esta tierra, enviará a su ángel ante ti y traerás de allí mujer para mi hijo. Si la mujer cono quisiera venir contigo, quedarás libre de este juramento, pero de ninguna manera volverás allá a mi hijo”. (Génesis, 24, 5-8). El pobre siervo, desorientado, parte para la tierra de su señor y allí hace lo que él considera más lógico: le pide una señal a Dios: “Tomó el siervo diez de los camellos de su señor, y se puso en camino, llevando consigo de cuanto bueno tenía su señor, y se dirigió a Aram Naharaím, a la ciudad de Najor. Hizo que los camellos doblaran sus rodillas fuera de la ciudad, junto a un pozo de aguas, ya de tarde, a la hora de salir las que van a tomar agua, y dijo: “Yavé, Dios de mi amo Abraham, salme al encuentro hoy, y muéstrate benigno con mi señor Abraham. Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciudad vienen a buscar agua: la joven a quien yo dijere: Inclina tu cántaro, te ruego, para que yo beba; y ella me respondiere: Bebe tú y daré también de beber a tus camellos, sea la que destinas a tu siervo Isaac, y conozca yo así que te muestras propicio a mi señor” (Génesis, 24, 10-14). Parece que el viejo criado pide mucho, no sólo busca a una mujer caritativa, que le haga la merced de darle de beber a él, un extranjero, sino que además pide que sea capaz de sacar ella misma el agua necesaria para los camellos. La mujer que haga eso bien puede ser la esposa de Isaac: “Y sucedió que antes de que él acabara de hablar, salía con el cántaro al hombro Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, la mujer de Najor, hermano de Abraham. La joven era muy hermosa, y virgen, que no había conocido varón. Bajó al pozo, llenó su cántaro y volvió a subir. Corrió a su encentro el siervo y le dijo: “Dame, por favor, a beber un poco de agua te tu cántaro”. “Bebe, señor mío” le contestó ella; y bajando el cántaro apresuradamente con sus manos, le dio a beber. Cuando hubo él bebido, le dijo: “También para tus camellos voy a sacar agua, hasta que hayan bebido lo que quieran” (Génesis, 15-19). Muy contento con su suerte, el viejo siervo aún quiere saber más y le pregunta de quién es hija. No sale de su asombro cuando Rebeca le contesta quién es, es la sobrina nieta del propio Abraham: “Soy hija de Batuel, el hijo que Melca dio a Najor” (Génesis, 24, 24). Y no sólo eso, sino que le invita a ir a casa de su padre a pasar la noche, dando muestras de tener un corazón limpio y puro. El siervo entiende que era la señal que esperaba y da las gracias, ante el asombro de Rebeca: “Postróse entonces el hombre y adoró a Yavé, diciendo: “Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de hacer gracia y mostrarse fiel a mi señor y a mí me ha conducido derecho a la casa de los hermanos de mi señor”. Corrió la joven a contar en casa de su madre lo que había pasado” (Génesis, 24, 26-28). A continuación nos enteramos de que a Labán, el hermano de Rebeca, le llaman la atención el anillo y los brazaletes que el siervo le ha dado a la joven y acude a la fuente para rogarle al hombre que vaya a su casa y ofrecerle la hospitalidad, que era sagrada en la época. El propio Labán atiende a los camellos y le sirve de comer al siervo, aunque éste primero quiere contar su misión. Le cuenta, de una manera muy sencilla, pero didáctica para el lector, toda la historia que ya sabemos. El viejo siervo de confianza de Abraham está inquieto y quiere saber si ha concluido su búsqueda o no. Todos se apresuran a contestar que la voluntad de Dios es lo primero: “Labán y su casa contestaron, diciendo: “De Yavé viene esto; nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. Ahí tienes a Rebeca; tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Yavé”. Cuando el siervo de Abraham hubo oído estas palabras, se postró en tierra ante Yavé, y sacando objetos de plata y oro y vestidos, se los dio a Rebeca, e hizo también presentes a su hermano y a su madre” (Génesis, 50-53). La historia prosigue con elementos de carácter práctico. A la mañana siguiente, el siervo pretende llevarse ya a Raquel, pero, para su familia, la noticia ha sido precipitada y se resisten a dejarla ir tan pronto. Rebeca soluciona el conflicto diciendo que quiere partir. Parece intuir que la misión que la aguarda es de suma importancia y no puede demorarse. Su familia le bendice con estas sencillas palabras: “Hermana nuestra eres; que crezcas en millares de millares y se adueñe tu descendencia de las puertas de los enemigos” (Génesis, 24, 60). Rebeca no parte sola, como era natural en una joven de casa adinerada. La acompañan sus doncellas y su nodriza. Y aquí la historia cambia de escenario y vuelve de nuevo a Isaac quien, hasta ahora, había permanecido ajeno a su propio futuro: “Volvía un día Isaac del pozo de Lajai Roi, pues habitaba en la tierra de Negueb, y había salido para pasearse por el campo al atardecer, y, alzando los ojos, vio venir camellos. También Rebeca alzó sus ojos, y viendo a Isaac, se apeó del camello, y preguntó al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encentro?” El siervo le respondió: “Es mi señor”. Ella agarró el velo y se cubrió. El siervo contó a Isaac cuanto había ocurrido, e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de Sara, su madre; la tomó por mujer y la amó, consolándose de la muerte de su madre” (Génesis, 24, 62-67). En la época era costumbre que el marido no viera la cara de su esposa hasta la noche de bodas, así no es de extrañar que Rebeca se cubra la cara con premura al ver a Isaac. Nada más se dice de la impresión que tuvieron el uno del otro, pero queda claro que Isaac se consoló con Rebeca de la muerte de su madre, Sara. A todo eso, Abraham volvió a tomar mujer y tuvo varios hijos más, aunque los envió a oriente, lejos de su hijo primogénito, Isaac. Abraham murió a los 175 años. Tras su muerte, Isaac fue bendecido por Yavé y siguió viviendo junto al pozo de Lajai Roi. Entendemos, por los datos que nos da la historia, que Rebeca era mucho más joven que Isaac, cuando se desposaron. Isaac tenía 40 años. Al principio Rebeca tardó en quedarse embarazada y las malas lenguas decían que era estéril. Cuando, por fin, concibió, tuvo un embarazo difícil: “Chocábanse en su seno los niños, y dijo: ¿Para esto a qué concebir?” Y fue a consultarle a Yavé, que le dijo: “Dos pueblos llevas en tu seno, dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra nación. Y el mayor servirá al menor.” (Génesis, 25, 22-23). Estas palabras la indican que los dos hermanos serán el origen de dos pueblos que siempre tendrán problemas para convivir, como son los edomitas (descendientes de Esaú) y los israelitas (descendientes de Jacob). Finalmente dio a luz dos gemelos, el mayor Esaú y el menos Jacob. Sabido es que los nombres no se ponían en balde, sino que significaban algo. Así Esaú vendría a significar “el velludo o peludo” y Jacob parece ser que significa “Dios proteja”, aunque la etimología popular relaciona su nombre con el hecho de su curioso nacimiento. Isaac tenía entonces 60 años: “Salió primero uno rojo, todo él peludo, como un manto, y se le llamó Esaú. Después salió su hermano, agarrando con la mano el talón de Esaú, y se le llamó Jacob” (Génesis, 25, 25-26). Estos muchachos crecen y se dedican a labores distintas, a Esaú le atrae la caza porque es fiero y fuerte; a Jacob le atrae más la vida tranquila y el hogar. Los padres estaban divididos, aunque Rebeca muestra claramente sus inclinaciones hacia el pequeño. Se narra el episodio conocido de la venta de la primogenitura por un plato de lentejas como podemos leer: “Hizo un día Jacob un guiso, y llegando Esaú del campo, muy fatigado, dijo a Jacob: “Por favor, dame de comer de ese guiso rojo, que estoy desfallecido”. Por esto se le dio a Esaú el nombre de Edom. Contestóle Jacob: “Véndeme ahora mismo tu primogenitura”. Respondió Esaú: “Estoy que me muero; ¿qué me importa la primogenitura?”. “Júramelo ahora mismo”, le dijo Jacob; y juró Esaú, vendiendo a Jacob su primogenitura. Diole entonces Jacob pan y el guiso de lentejas; y una vez que comió y bebió, se levantó Esaú y se fue, sin dársele nada de la primogenitura” (Génesis, 25, 29-34). A todo esto, hay un inciso en la historia y Rebeca vuelve a cobrar protagonismo. Se declara un episodio de hambre y han ir a Guetar por indicación de Yavé, que no quiere que vuelvan a Egipto. En ese momento Yavé hace la promesa a Isaac igual que la hubiera hecho a su padre: “.te bendeciré, pues a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, cumpliendo el juramento que hice a Abraham tu padre, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y le daré todas estas tierras, y se gloriarán en tu descendencia todos los pueblos de la tierra, por haberme obedecido.” (Génesis, 26, 3-5). El rey de Guetar es Abimelec, rey de los filisteos quien, en el pasado, se encaprichó de Sara por un episodio similar al que vamos a referir. Isaac no quiere decir que Rebeca es su esposa por miedo a que lo maten, ya que Rebeca es muy hermosa. Abimelec, que ya está escarmentado de la otra vez, observa en secreto a Isaac y Rebeca y ve que él la acaricia, con lo cual deduce que no es su mujer y lo hace llamar para pedirle explicaciones. Finalmente, el rey ordena que nadie los toque y que los dejen vivir en paz. Tanto es así que su hacienda se engrandece en demasía y sufre la envidia de los filisteos quienes le ciegan continuamente los pozos para impedir que abreven sus animales. La tensión va en aumento, pero Isaac porfía una y otra vez, abriendo nuevos pozos. Al final, el propio rey pacta con él, dadas sus riquezas, y han de aprender a vivir en paz. En la propia familia hay también problemas, porque Esaú contrae matrimonio con mujeres del país que no gustan a sus padres, antes al contrario, “fueron para Isaac y Rebeca una amarga pesadumbre” (Génesis, 26, 35). Por último, llegamos al episodio crucial del relato que es cuando Isaac, ya anciano, sin apenas vista, decide bendecir a su hijo mayor antes de morir. Ruega a Esaú que salga al campo y le prepare un buen guiso antes. Rebeca que ha estado muy antena corre a decírselo a Jacob y no sólo eso, interviene y cambia el destino. Ordena a su hijo Jacob que le traiga dos cabritos para que ella misma haga el guiso: “Ahora, pues, hijo mío, obedéceme y haz lo que yo te mano. Anda, vete al rebaño y tráeme dos cabritos buenos para que yo haga con ellos a tu padre un guiso como a él le gusta y se lo lleves a tu padre, y lo coma y te bendiga antes de su muerte” (Génesis, 27, 8-10). Jacob pone obstáculo porque él es lampiño y su hermano velludo y su padre lo reconocerá al tacto; pero Rebeca se muestra con una voluntad indomable, dispuesta a beneficiar a su hijo pequeño a toda costa: “Sobre mí tu maldición, hijo mío; pero tú obedéceme. Anta y tráemelos” (Génesis, 27, 13). Sigue Rebeca siendo la protagonista de este momento decisivo: “Tomó Rebeca vestidos de Esaú, su hijo mayor, los mejores que tenía en casa, y se los vistió a Jacob, su hijo menor; y con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y lo desnudó del cuello; puso el guiso y pan, que había hecho, en manos de Jacob, su hijo y éste se lo llevo a su padre.” (Génesis, 27, 15-17). Isaac sospecha al principio, pro acaba por bendecir a su hijo pequeño, como si fuera el primogénito. Cuando ha acabado su bendición llega Esaú, pero ya no se puede dar marcha atrás porque las palabras han sido pronunciadas. Esaú se desconsuela y ruega una bendición, la que sea, porque ya se sabe sin nada y le duele. Isaac entonces pronuncia estas palabras que más que bendición parecen una maldición: “Mira, fuera de la grosura de la tierra será tu morada y fuera del rocío que baja de los cielos. Vivirás de tu espada y servirás a tu hermano; mas cuando te revuelvas, romperás su yugo de sobre tu cuello” (Génesis, 27, 39-40). Es comprensible, desde un punto de vista humano, que Esaú comience a odiar visceralmente a su hermano, aunque no se priva de decirlo e incluso de advertir que lo matará algún día. Rebeca, en ese momento, vuelve a intervenir para torcer el curso de los acontecimientos y le ordena que parta a su tierra, a casa de su hermano Labán con la pretensión de que tome mujer allá: “Mira, tu hermano Esaú quiere vengarse de ti matándote. Anda pues, obedéceme, hijo mío, y huye a Jarán, a Labán, mi hermano, y estáte algún tiempo con él, hasta que la cólera de tu hermano se aparte de ti, se aplaque su ira y se haya olvidado de lo que le has hecho; yo mandaré allí a buscarte. ¿Habría de verme privada de vosotros dos en un solo día?”. Rebeca dijo a Isaac: “Me pesa la vida a causa de las hijas de Jet; si Jacob toma mujer de entre las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero vivir?” (Génesis, 27, 42-46). Y a partir de aquí nada más de sabe de Rebeca. Podemos imaginar que le dolería la ausencia de Jacob, quien tuvo que pasarse mucho tiempo en casa de su tío Labán, aunque ésa es otra historia. El propio Isaac da la autorización para la partida. A Rebeca no se le pueden hacer sólo alabanzas; eso está claro, pero acaso sea ése su mayor encanto puesto que se muestra como una mujer con aspectos negativos y positivos, una mujer de carne y hueso, que a veces decide bien y otras decide mal. Rebeca supo mostrarse como una mujer caritativa y eso gustó a Dios, quien la escogió como esposa de Isaac. Rebeca fue también buena esposa y buena madre hasta cierto punto, ya que demostró un favoritismo sin motivo hacia su hijo pequeño, quizá porque el mayor presentó aún mayor voluntad que ella al casarse con paganas, quizá por otras razones que desconocemos. El caso es que Rebeca cambió el destino y al hacerlo sembró el odio y el rencor en el corazón de su hijo mayor, a la vez que desataba problemas en su propia familia. Y ella misma sufrió la condena al verse privada del hijo al que más amaba. Pero no vamos a juzgar a Rebeca, no somos quiénes para hacerlo, acaso estaba jugando un papel mucho más importante en la historia del pueblo escogido, mucho más importante de lo que ella misma hubiese podido imaginar nunca. Acaso ella misma no fue quien escogió hacer lo que hizo.

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: MUJERES DE LA BIBLIA – REBECA

¿Qué edad tenía Rebeca cuándo se casó con Isaac según la Biblia?

(7-2) Génesis 24-28. ¿Cuándo y dónde ocurrieron los acontecimientos sucedidos en la vida de Isaac y Jacob? – Por la información cronológica dada en Génesis y en el libro de Moisés, se calcula que Isaac nació aproximadamente 1900 años a.C. y que tenía cuarenta años de edad cuando se casó con Rebeca.

Esaú y Jacob nacieron veinte años después, o sea, unos 1840 años a.C. La huida de Jacob a Padam-aram, o Harán, probablemente ocurrió unos 1800 años a.C., lo que significa que los doce hijos nacieron entre 1800 y 1780 a.C. En la genealogía real de Adán, Abraham ocupaba el vigésimo lugar, Isaac el vigésimo primero y Jacob el vigésimo segundo.

De acuerdo con la información que ha prevalecido hasta los tiempos modernos, Isaac vivió toda su vida en una zona que puede ser encerrada en un círculo de ciento sesenta kilómetros de diámetro. En la parte norte de este círculo estaría Jerusalén, donde Abraham llevó a su hijo, y la parte sur de Israel, conocida como el Neguev, ocuparía la mayor parte del círculo.

  • Por otra parte, Jacob viajó mucho más lejos, yendo hasta Harán, en las regiones norteñas del Eufrates y posteriormente hasta Egipto donde José, su hijo, lo protegió durante su vejez.
  • En el Neguev se realizaban actividades agrícolas propias de un terreno árido.
  • Parece que Isaac, que era pastor, y su gran familia encontraron allí suficientes pasturas y otros medios de subsistencia.

Tenían que emigrar de un lugar a otro, sin embargo, por causa de los períodos de hambre que ocasionalmente se producían. Muchos siglos de conflictos, el abandono y algunas causas naturales han tornado al Neguev, desde aquel entonces hasta el presente, en una zona estéril que cubre casi la mitad de lo que es hoy día Israel.

En años recientes los israelíes han estado convirtiendo al Neguev en una zona otra vez productiva. Isaac vivió en estas tres zonas del Neguev: Beer-lahai-roi, Gerar y Beerseba. Al igual que su padre, Isaac hizo cavar muchos pozos y a menudo llevaba a su tribu y a sus rebaños a donde se podía encontrar agua.

Isaac era un hombre pacífico, según nos dice la historia, y prefería emigrar a otras tierras y cavar nuevos pozos antes que luchar por los que ya había abierto. El Señor lo hizo prosperar enormemente. Gerar está al sudoeste de Jerusalén, Beerseba al sudeste de Gerar y a unos sesenta kilómetros del extremo sur del Mar Muerto.

  • El clan de Isaac se estableció en Beerseba y se ha asociado dicha comunidad con su nombre desde entonces.
  • Beerseba está a ochenta y cinco kilómetros al sur de Jerusalén y en el Antiguo Testamento marcaba la frontera sur del reino de Judá.
  • Al huir hacia Padam-aram (Harán), Jacob tuvo una visión excepcional en Betel, en el lugar donde su abuelo, Abraham, había levantado un altar muchos años antes.

A unos diecisiete kilómetros al norte de Jerusalén, Betel posteriormente se convirtió en el centro religioso del reino del norte. Imagen Ruta seguida por Jacob hasta Harán, en Padan-aram

¿Qué dice Génesis 25 23?

Génesis 25

  • 1 Y Abraham tomó otra esposa, cuyo nombre era Cetura,
  • 2 la cual le dio a luz a Zimram, y a Jocsán, y a Medán, y a, y a Isbac y a Súa.
  • 3 Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, y Letusim y Leumim.

4 E hijos de Madián: Efa, y Efer, y Hanoc, y Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.

  1. 5 Y Abraham todo cuanto tenía a Isaac.
  2. 6 Y a los hijos de sus dio Abraham regalos y los envió lejos de Isaac, su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la oriental.
  3. 7 Y estos fueron los días de vida que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
  4. 8 Y exhaló el espíritu y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días, y fue con su pueblo.
  5. 9 Y lo sepultaron Isaac e Ismael, sus hijos, en la cueva de Macpela, en la propiedad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre,
  6. 10 propiedad que Abraham a los hijos de Het; allí fue Abraham sepultado, y Sara, su esposa.
  7. 11 Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac; y habitó Isaac junto al pozo Lajai-roi.
  8. 12 Y estas son las generaciones de hijo de Abraham, que le dio a luz, la egipcia, sierva de Sara.
  9. 13 Estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres y por el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, y Abdeel, y Mibsam,
  10. 14 y Misma, y Duma, y Massa,
  11. 15 Hadar, y Tema, y Jetur, y Nafis y Cedema.
  12. 16 Estos son los hijos de Ismael y estos sus nombres por sus villas y por sus campamentos, príncipes según sus tribus.
  13. 17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael: ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió y fue reunido con su pueblo.
  14. 18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de yendo a ; y murió en presencia de todos sus hermanos.
  15. 19 Y estas son las de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac;
  16. 20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por esposa a hija de Betuel, arameo de, hermana de arameo.
  17. 21 Y Isaac a Jehová por su esposa, que era estéril; y aceptó Jehová, y concibió Rebeca, su esposa.

22 Y los hijos luchaban dentro de ella, y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová.

  • 23 Y le respondió Jehová: naciones hay en tu vientre, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; y un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el servirá al menor.
  • 24 Y cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí, había mellizos en su vientre.
  • 25 Y salió el primero y era todo velludo como una, y llamaron su nombre Esaú.

26 Y después salió su hermano, trabada su mano al de Esaú; y fue llamado su nombre, Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.

  1. 27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en caza, hombre del campo; pero Jacob era hombre, que habitaba en tiendas.
  2. 28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
  3. 29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,

30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por eso Esaú fue llamado,31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu,32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir, ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33 Y dijo Jacob: Júrame lo en este día.

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