¿Qué es la unidad cristiana? La unidad entre dos o más personas recibe su virtud completamente de algo ajeno. La unidad en sí misma es neutral hasta que otra cosa le da bondad o maldad. De manera que si Herodes y Pilato se unifican por su desprecio común hacia Jesús (Lc.23:12), esta no es una buena unidad.
Pero si Pablo y Silas cantan juntos en la cárcel por causa de Cristo (Hch.16:25), esta es una buena unidad. Por lo tanto, nunca es suficiente llamar a los cristianos a tener unidad. Eso puede ser bueno o malo. El voto unificado hace cincuenta años en mi iglesia en Carolina del Sur para prohibir a los negros de asistir a los servicios no fue una buena unidad.
El voto unificado de una denominación protestante para bendecir actos sexuales prohibidos no es una buena unidad.
¿Qué significa la palabra unidad en la Biblia?
UNIDAD Eph 4:3 solícitos en guardar la u del Espíritu en el Eph 4:13 hasta que todos lleguemos a la u de la fe Usada en el AT en el sentido de estar juntos (Gen 13:6; Jdg 19:6; Psa 34:3). Isa 11:6-7 hablan de un tiempo futuro cuando habrá unidad entre los animales.
- La palabra en el NT habla de la unidad de la fe que une al pueblo de Dios (Eph 4:13).
- Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano (Se conoce en países hispanos como ‘Unity’ o ‘Escuela Unity de cristianismo’ o ‘Escuela de la Unidad del Cristianismo’.
- Se les conoce también como ‘Ciencia Cristiana y el Nuevo Pensar’.) Secta estadounidense.
Este movimiento lo fundaron Charles y Mirtle Fillmore en 1889 y adoptó el actual nombre en 1895. El movimiento se ha extendido por gran parte del mundo. Algunas de sus creencias se relacionan con las de la ® CIENCIA CRISTIANA. Desde el principio enseñaron la curación y la superación de la enfermedad mediante el pensamiento personal correcto.
- Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas
- (común-unión, intimidad), Jua 17:23, Efe 4:3, Efe 4:13, Jue,Efe 19:6).
- – Dios es la unidad perfecta de amor, ver ‘Trinidad’.
- – El ‘matrimonio’ deben ser como la Trinidad: Dos personas distintas, pero una sola carne, unidas por el amor de Cristo, Gen 1:27, Gen 2:24, Mat 19:5-6, Efe 5:22-33.
– La iglesia es tan ‘una’ y ‘única’ como un solo árbo: (Jua 15:1-7), o como un solo cuerpo: (1 Cor.12, Ro. I2, Efe 4:4-6), o como un solo edificio: (1 Ped.2). – La profecía de Cristo se cumplirá: Habrá un solo rebano y un solo pastor, Jn.10.16. y es el deseo más entranable de su corazón, que repite 4 veces en la ‘Oración Sacerdotal de Cristo’ de Jua 17:11, Jua 17:20, Jua 17:22-23.
Ver ‘Iglesia’, ‘Matrimonio’. Diccionario Bíblico Cristiano Dr.J. Dominguez http://biblia.com/diccionario/ Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano En general es la propiedad de un ser, entidad, sociedad o movimiento, que se expresa por la singularidad de notas, de datos, de partes y de vínculos. Es término análogo, no unívoco, al de singularidad, simplicidad, indivisibilidad, cohesión, globalidad.
En referencia a la Iglesia cristiana, es la señal o ‘nota’ querida por Jesús, que se define como la vinculación esencial que tienen sus discípulos respecto de su persona humana y divina, resucitada y presente entre los suyos que, a lo largo de los siglos, se hallan extendidos por el mundo entero.
- Cristo quiso una Iglesia católica, santa y unida.
- Pero la hizo de hombres limitados y libres.
- Ni la santidad ni la unidad serían perfectas nunca, no porque Cristo no la quisiera, sino porque los hombres no responden a sus deseos fundacionales de manera perfecta.
- Por eso los miembros de la Iglesia, con llamada a la santidad, no siempre son santos.
Y por eso se explica el que, queriendo Cristo que su Iglesia fuera una y sus miembros vivieran unidos, conoció en la Historia múltiples divisiones, cismas y separaciones y rivalidades. Hoy mismo se diversifican, y rompen la unidad, con multitud de grupos que se llaman cristianos.
Como nota de la Iglesia, fue el Concilio de Constantinopla (año 381) el primer lugar en donde se expresó los cuatro signos de la Iglesia: unidad, santidad, catolicidad, apostolicidad y se propuso esas cuatro notas como señales o pruebas de la verdadera Iglesia. La unidad no es la uniformidad. La uniformidad hace referencia a las actuaciones y a las relaciones.
La unidad alude a la fe, a la caridad y a la plegaria. Algún tipo de unidad es indispensable para cualquier sociedad humana: es la base del orden, sea civil, política o religiosa la sociedad. Y la Iglesia, además de Cuerpo místico con una sola vida y una sola alma, es también sociedad de hombres terrenos.
- Por eso la unidad social y moral es conveniente y hay que aspirar a ella.
- Pero el sentido de la unidad radical es más profundo y estable que el que se desprende de los avatares históricos y de las disensiones doctrinales o pluralidades culturales.
- El concepto de unidad curiosamente varia en cada Iglesia de las que se llaman cristianas: – Muchos protestantes creen que la unidad se identifica sólo con la fe, la esperanza y la caridad o amor a Cristo.
Formulas doctrinales, plegarias, jerarquías terrenas las miras como secundarias. – Los cristianos ortodoxos, por lo general, entiende la unidad como aceptación de la misma Palabra sagrada de la Escritura, la vivencia en los mismos sacramentos, la acción el Espíritu Santo.
Las iglesias locales: Constantinopla, Rusia, Antioquía, Jerusalén, Grecia, se contemplan como expresiones externas de una autoridad pluriforme, que no necesita una cabeza visible, como sospecha Roma. – Los anglicanos enseñan que la única Iglesia se compone de tres ramas: griega, romana y anglicana. Dicen que cada una tiene una legítima jerarquía diferente, pero todas se hallan unidas por un vínculo espiritual que es el amor a Cristo.
– Los católicos son más exigentes. La unidad no es sólo espiritual y moral. Tiene que ser real y jerárquica. Son conscientes de que las divisiones cristianas son obstáculo para la misión de la Iglesia y rezan y luchan para que los cismas y las rebeldías terminen.
Ven la unidad en la voluntad de Cristo y ven en el texto sobre el Primado de Pedro el secreto y el enlace de esa unidad. Por encima de todo, los cristianos tienen que aspirar a vivir unidos en la doctrina, expresada mediante la fórmula del Credo; en el culto, manifestado por el Bautismo y la Eucaristía sobre todo.
Y en la unidad de gobierno, por la aceptación del Obispo de Roma, sucesor de Pedro. La Iglesia de Jesús, reflejada en las palabras del Señor que la define como un reino, el reino del cielo, el reino de Dios (Mat.13.24-33; Luc.13.18; Jn.18.36); que la comparó a una ciudad cuyas llaves se confiaban a los Apóstoles (Mt.5.14; 16.19); que la vio como un redil al que todas sus ovejas debían venir y estar unidas bajo un solo Pastor (Jn.10.7-17) o una vid con sus sarmientos unidos, con una casa construida sobre una roca (Mt.16.18), es la que ha durado en el mundo dos milenios y seguirá adelante hasta el final de los tiempos según la promesa de Jesús.
- Jesús pidió al Padre antes de su pasión la unidad para sus Apóstoles y para los que creyeran él por su predicación: (Jn.17.20-23).
- Ante les había dicho a los suyos que ‘todo reino dividido quedaría desolado y toda ciudad o casa dividida terminaría pereciendo’ (Mt.12.25).
- Los Apóstoles entendieron su mensaje: (Gal.5.20-21; 1 Cor.1.13 y 102.16-17; Ef.4.3-6).
Gál.1.8; 1 Jn.4.1-7; Apoc.2.6,14-15 y 20-29; 2 Pedr.2.1-19; Jud.5.19). Y su mensaje se mantuvo vivo a lo largo de los siglos reclamando la unidad hasta hoy, aunque que no lo haya conseguido. Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006 Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa Los hombres tienen unidad de origen (Act 7,26); por el primer pecado se perdió la unidad de destino (Rom 5,12); pero esta unidad histórica nos dice que si una vez por todas se perdieron y se dividieron por el pecado de Adán (1 Cor 15,2), también una vez por todas se reencontraron y se unieron en Jesucristo, salvador del mundo (Jn 11,50-52; 18,14; 2 Cor 5,14-15).
- Todos los creyentes (1 Cor 15,22-23), que en esperanza representan a la humanidad entera (por tanto, todos los hombres), por el Espíritu Santo son uno en Cristo (1 Cor 6,17) y entre sí (Jn 11,52; Rom 12,5; Gál 3,28).
- La división y el cisma son clara consecuencia del pecado (Rom 16,17; 1 Cor 11,18; 12,25; Gál 5,20).
Jesús pide la unidad para sus discípulos (Jn 17,11); que tengan un mismo sentir, un solo corazón y una sola alma (Act 4,32); la pide para todos los hombres; una unidad que tiene como modelo la unidad perfecta de la Trinidad Augusta (Jn 17,21) y que es la garantía de la divinidad de la Iglesia y que se funda en la caridad como elemento visible de la unidad (Jn 13,35).E.M.N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001 Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret En el credo de Nicea los cristianos profesan su fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. La unidad es, por tanto, un signo y una característica de la Iglesia, precisamente como objeto de fe cristiana.
Esta unidad sólo puede comprenderse en la fe; se deriva de la relación íntima que existe entre la Iglesia y el objeto primario de la fe, que es el misterio Trino y Uno de Dios mismo. En este sentido el concilio Y aticano 11 enseña: ‘Este es el misterio sagrado de la unidad de la Iglesia en Cristo y por Cristo, obrando el Espíritu Santo la variedad de las funciones.
El supremo modelo y el supremo principio de este misterio es, en la trinidad de personas, la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo’ (UR 2). La Escritura nos ofrece amplias pruebas de que la Iglesia es una. La imagen paulina del ‘Cuerpo de Cristo’ intenta describir el lazo tan estrecho que mantiene juntos a todos los cristianos: ‘Del mismo modo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, por muchos que sean, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos recibido un mismo Espíritu en el bautismo, a fin de formar un solo cuerpo; y todos hemos bebido también del mismo Espíritu’ (1 Cor 12,12-13). Pablo condena las facciones dentro de la comunidad de los corintios, apelando al fundamento cristológico de la unidad de los cristianos (cf.1 Cor 1,13).
En todo el Nuevo Testamento se muestra la unidad de la Iglesia de varias maneras: en las descripciones de la vida comunitaria armoniosa que se encuentra en los Hechos de los apóstoles (Hch 2,41 47.4,32-37), en la oración de la última cena por la unidad (Jn 17), en la teología de la carta a los Efesios (cf Ef 4,46).
Al mismo tiempo, está claro que en la Iglesia primitiva existía cierta diversidad. En primer lugar, se reconoce una pluralidad de comunidades geográficamente distintas, como las ‘Iglesias domésticas’ mencionadas en 1 Cor 16,19. Rom 16,5 y Col 4,15. Por este motivo, el Nuevo Testamento puede usar la expresión el plural: ‘Iglesias de Dios’ (1 Cor 1 1,16; 2 Tes 1,4; cf.
también Rom 16,4.16). Además, los diversos ambientes culturales y religiosas de estas diversas comunidades hicieron necesario expresar el único evangelio de diferentes maneras, a fin de responder a diversas preguntas y necesidades. Así, mientras que hay solamente un evangelio (Gál 1,6-9), se puede hablar sin embargo de varias teologías neotestamentarias paulina, joanea, de la Carta a los Hebreos, etc., que reflejan la diversidad legítima existente entre las diversas comunidades.
Un suceso como el concilio de Jerusalén (Gál 2; Hch 15) se celebró para reforzar la unidad entre los cristianos de diferentes convicciones y sigue siendo un notable testimonio del hecho de que, ya desde los comienzos de la Iglesia, la unidad exige esfuerzos y cooperación con la gracia del Espíritu Santo.
- Hasta cierto punto, la historia de la Iglesia narra una historia de éxitos y fracasos respecto al don y a la tarea de la unidad.
- Las numerosas prácticas colegiales de la Iglesia en el primer milenio, como el intercambio de la hospitalidad, la presencia de los obispos cercanos en la ordenación de un nuevo obispo, la celebración de concilios regionales y ecuménicos y la apelación a Roma y al consenso de las cinco sedes patriarcales (Roma, Constantinopla.
Jerusalén, Antioquía y Alejandría) ilustran todas ellas los diversos modos con que la Iglesia mantuvo y desarrolló ciertos medios para preservar la unidad. San Cipriano de Cartago, para estimular a los cristianos a resistir a las falsas doctrinas y a permanecer unidos en la fe y el amor, recoge muchos textos de la Escritura en su obra De ecclesiae catholicae unitate (251), una de las obras patrísticas más importantes sobre el tema de la unidad.
- Las divisiones producidas en el seno de la Iglesia, como las que siguieron al concilio de Calcedonia (451) y la excomunión de Miguel Cerulario (1054), muestran que estos esfuerzos no siempre obtuvieron éxito.
- El segundo milenio muestra la manera como el papado fue creciendo como promotor de la unidad en el interior de la Iglesia occidental.
Por tanto, no es de sorprender que el párrafo de apertura de la Constitución sobre la Iglesia del concilio Vaticano II hable de la Iglesia como sacramento de la unidad: ‘La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unidad de todo el género humano’ (LG 1).
- En UR 2, el párrafo más importante del Vaticano II sobre la unidad de la Iglesia, se afirma: ‘Jesucristo quiere que por medio de los apóstoles y de sus sucesores, esto es, los obispos con su cabeza, el sucesor de Pedro, por la fiel predicación del Evangelio y por la administración de los sacramentos, así como por el gobierno en el amor, operando el Espíritu Santo, crezca su pueblo; y perfecciona así la comunión de éste en la unidad: en la confesión de una sola fe, en la celebración común del culto divino y en la concordia fraterna de la familia de Dios’.
- Se advierten aquí las tres dimensiones fundamentales de la comunión: la fe, la vida sacramental y la comunión jerárquicamente estructurada.
- Además, los obispos en el concilio Vaticano II expresaron su fe en que ‘aquella unidad de la una y única Iglesia que Cristo concedió desde el principio a su Iglesia, y que creemos que subsiste indefectible en la Iglesia católica, crezca cada día hasta la consumación de los siglos’ (UR 4).
Esta unidad en la fe, en los sacramentos y en la vida de la comunidad no es lo mismo que uniformidad. Efectivamente, la uniformidad equivaldría a un pecado contra el Espíritu Santo, que inspira una variedad de dones y que siembra la semilla del Evangelio en muchas culturas. Por eso la unidad de la Iglesia es una unidad católica, que abarca toda la amplia gama de las culturas humanas. Al mismo tiempo es una unidad que se extiende a lo largo de la historia, uniendo a la Iglesia de todas las épocas con las primeras comunidades establecidas por los apóstoles. De esta manera, la unidad de la Iglesia es también apostólica. El movimiento ecuménico forma parte de la acción del Espíritu Santo a fin de mantener a la Iglesia en la unidad (cf. UR 1). Las asambleas generales del Consejo Ecuménico de las Iglesias, especialmente las de Nueva Delhi (1961) y Nairobi (1975), hicieron afirmaciones importantes que expresan la naturaleza orgánica y conciliar de la unidad de la Iglesia. Además, el documento La unidad ante nosotros (1984) del Diálogo internacional entre luteranos y católicos describe la finalidad del movimiento ecuménico como plena comunión en la fe, en los sacramentos y en el servicio (diaconía). W Henn Bibl.: Y Congar, La Iglesia es una, en MS, IVII, 382-471; J M, Tillard, Iglesia de Iglesias, Sígueme, Salamanca 1990; B. Leeming, Las Iglesias y la Iglesia, Vergara, Barcelona 1963; A. Bra, La unión de los cristianos, Estela, Barcelona 1963. PACOMIO, Luciano, Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995 Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico I. Concepto y esencia La u. se define ordinariamente como la indivisión en sí y la división de todo lo demás (indivisio in se et divisio a quolibet alio). En la escolástica se distingue luego entre la u. transcendental, que es un atributo del ser como tal, y la u. numérica, que se limita a lo corpóreo. La definición indicada se saca de un punto de vista ya derivado, a saber, de la comparación entre dos o más entes distintos. Para lograr el concepto originario y pleno de la u. (u. transcendental), hay que partir de más arriba y considerar la u. como un concepto primigenio igual al ser mismo. Como el ser, la u. está ya siempre implícita y afirmada en la actualización del espíritu humano (cf. metafísica del -> conocimiento, -> espíritu, -> ser). Como lo muestra un análisis de esa actualización, el ser se interpreta a sí mismo a través de una pluralidad interna (-> trascendentales). Esta pluralidad interna, primigenia, como el ser mismo, no es nota exclusiva de lo finito, sino que dice perfección, y conviene a todo ente, lo cual se revela para el pensamiento cristiano desde el trasfondo del misterio de la -> Trinidad, que determina a la postre todo entendimiento cristiano del ser. La u. (interna) no debe entenderse estáticamente, abstraída de la pluralidad interior, ni tampoco como conexión accesoria de los elementos internos, sino como algo ontológicamente último: como posición dialéctica (que se realiza en la referencia recíproca) del ente que se despliega en su pluralidad interior. Desde esta u. interna hay que comprender la u. externa como una separación diferenciadora. Un concepto pleno de u. exige que esta separación diferenciadora sea entendida dialécticamente, es decir, no como nota abstracta, que aisla el ente, sino como índice de aquella referencia por la que el ente tiene tanto mayor trabazón en sí mismo (separándose así de los otros), cuanto más íntimo es su nexo con los demás. II. Analogía La u. es una nota del ser íntimamente analógica y, consiguientemente, también el concepto de u. es análogo, es decir, indica los grados distintos en cada caso de realización de la unidad. La u. se configura diversamente según la distinta -> dialéctica de los momentos internos. Origen y modo supremo de u. es el Dios uno y trino, cuya simplicidad no es identidad muerta, sino u. de la diferencia y en la diferencia de las personas (->, Trinidad). Que a Dios le conviene también la u. externa, es decir, que se diferencia por separación (cf. relación entre Dios y el mundo) no quiere decir que él esté alejado del mundo, sino que indica solamente su potencialidad óntica, singular, de cuya plenitud infinita participa, de modo finito, todo lo creado. El viejoproblema de la u. de toda realidad alcanza en el pensamiento cristiano una inteligencia sumamente diferenciada, que ‘integra’ todo -> monismo y -> pluralismo unilateral; y cuya profundidad postrera sólo se abre a la fe en la encarnación de Dios y a la reflexión teológica que de ella emana. En el orden finito, la u. del ente no se caracteriza sólo por aquella primigenia pluralidad que conviene a todo ente (induso a Dios), sino también, esencialmente, por la pluralidad de la composición, que es propia de lo creado como tal e implica imperfección (pluralidad de los principios del ser, de la estructura concreta, de las distintas fases de la propia realización, etc.). Esta pluralidad compuesta ha de entenderse a la postre como ‘huella’, como ‘copia’ o imagen de la primigenia pluralidad intratrinitaria. La u. interna y externa del ente finito han de determinarse además por la multiplicidad del ente finito. La multiplicidad supone necesariamente la fundamental u. en el ser. Pero, además los seres muchos entran en los más diversos grados y especies de unidad. Además de la u. del ente individual concreto, hay que considerar particularmente la u. de grupos y estructuras sociales familia, -> Estado, humanidad en general, etc.) y, teológicamente, en especial la u. de la historia de la -> salvación (pluralidad de religiones ante el carácter absoluto del cristianismo), de la acción salvífica de Jesucristo (u. de la -> Iglesia, historia de la -> Iglesia) y de su desarrollo histórico ( -> misiones, evolución del -> dogma). En todo ello, la u. nunca debe ser entendida como una determinación abstracta, que subsistiera independientemente de la pluralidad, sino que siempre ha de entenderse como una relación dialéctica positiva, en que la pluralidad es, diversamente en cada caso, un momento interno de la unidad. BIBLIOGRAFíA: F.M. Sladeczek, Die spekulative Auffassung vom Wesen der Einheit in ihrer Auswirkung auf Philosophie und Theologie: Scholastik 25 (1950) 391-468; L. Oeing-Hanhoff, Ens et unum convertuntur (Mr 1953); M. Heidegger, Identität und Differenz (Pfullingen 1957); K. Rahner: LThK2 III 749-s; Rahner IV 275 -311; G. Siewerth, Der Thomismus als Identitätssystem (F 21961); H. Volk, Einheit als theologisches Problem: MThZ 12 (1961) 1-13; H. Fries: HThG I 259-269; W. Kern, Einheit-in-Mannigfaltigkeit: Rahner GW I 207-239; E. Coreth, Identität und Differenz: ibid.158-187. Lourencino Bruno Puntel K. Rahner (ed.), Sacramentum Mundi. Enciclopedia Teolσgica, Herder, Barcelona 1972 Fuente: Sacramentum Mundi Enciclopedia Teológica jenotes (eJnovth’, 1775), de jen, neutro de jeis, uno. Se emplea en Eph 4:3,13.¶ Para jeis, traducido ‘unidad’ en Joh 17:23, veáse UNO. Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento Reconociendo por la fe al Dios único, Padre, Hijo y Espíritu Santo se abre el hombre a la caridad que une al Padre con el Hijo y le comunica el Espíritu (Jn 15,9; 17,26; Rom 5, 5). Esta caridad, uniéndole al Dios único, le convierte en su testigo en el mundo y en cooperador de su designio: unir en el Hijo único a todos los hombres y a todo el universo (Rom 8,29; Ef 1,5.10).I. LA FUENTE DE LA UNIDAD Y SU RUPTURA POR EL PECADO. El universo, en su diversidad maravillosa, es obra del Dios creador, cuyo *designio se revela en el mandamiento que da al hombre y a la mujer: ‘Sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y dominadla’ (Gén 1,28). Se ve cómo en la obra divina se alían multiplicidad y unidad. Para que la creación llegue a su unidad bajo el dominio del hombre, debe éste multiplicarse, y para que el hombre sea *fecundo es preciso que se realice en el amor su unidad con la mujer (Gén 2,23s). Pero para realizar este designio debe el hombre mantenerse unido con Dios, reconociendo su dependencia con una *fidelidad confiada. Rehusar esta fidelidad es el *peca-do fundamental: el hombre lo comete para igualarse con Dios, lo que equivale a negar al Dios único; así rompe con el que, siendo todo amor (Un 4,16), es la fuente de la unidad. De esta ruptura dimanan las divisiones que van a romper la unidad del *matrimonio con el divorcio y la poligamia (Gén 4,19; Dt 24,1), la unidad de los *hermanos con la envidia homicida (Gen 4,6ss.24), la unidad de la sociedad con un desacuerdo, cuyo símbolo expresivo es la diversidad de las *lenguas (11,9). II. EN BUSCA DE LA UNIDAD POR LA ALIANZA. Para remediar esta ruptura escoge Dios a hombres, a los que propone su *alianza sellada en la fe (Os 2,22); la *fe es, en efecto, la condición de la unión con él y de la colaboración en su obra, esa obra de unidad que no cesa de reanudar llamando a nuevos elegidos: Noé, Abraham (cf. Is 51,2), Moisés, David, el siervo. La *ley que da a su pueblo, el *rey que le escoge en la casa de David, el *templo donde habita con él en Jerusalén, el *siervo; al que le da por modelo de fidelidad, tienen por fin procurar la unidad de Israel y permitirle así realizar su misión de *pueblo sacerdote (Ex 19,6) y de pueblo *testigo (Is 43,10ss). En efecto, si Dios hace de Israel un pueblo aparte, es para manifestar-se por él a las *naciones y reunirlas en la unidad de su *culto. Incluso la *dispersión, con la que debió castigar la infidelidad de Israel, sirve a fin de cuentas para dar a conocer a los paganos el único Dios creador y salvador (Is 45). Sin embargo, para cumplir la misión del pueblo elegido, para devolverle su unidad rota por el cisma a consecuencia de la infidelidad de Salomón al Dios único (lRe 11,31ss) y para reunir a las naciones con él en el mismo culto (Is 56,6ss), será preciso que venga aquel que será a la vez el *siervo encarga-do de unificar a Israel y de salvar con su muerte a la multitud de los pecadores (Is 42,1; 49,6; 53,10ss), el nuevo *David que apacentará el re-baño del Señor, reunido bajo su realeza (Ez 34,23s; 37,21-24), y el *Hijo del hombre, cabeza del pueblo de los santos, cuyo reinado eterno se extenderá al universo (Dan 7,13s.27). Gracias a él Sión, *esposa única de Yahveh que la ama con un amor eterno, vendrá a ser la *madre común de todas las naciones (Sal 87,5; Is 54, 1-10; 55,3ss), cuyo único rey será Yahveh (Zac 14,9). III. LA REALIZACIí’N DE LA UNIDAD EN LA IGLESIA. Este *elegido de Dios es su *Hijo único, Cristo Jesús (Lc 9,35). Une a los que lo aman y creen en él, dándoles su Espíritu y su madre (Rom 5,5; Jn 19,27) y *alimentándolos con un solo *pan, cuerpo sacrificado en la cruz (lCor 10, 16s). Así hace de todos los pueblos un solo *cuerpo (Ef 2,14-18); hace de los creyentes sus miembros, dotando a cada uno de ellos con *carismas diversos con miras al bien común de su cuerpo que es la *Iglesia (lCor 12,4-27; Ef 1,22s), insertándoles como piedras vivas en el único *templo de Dios (Ef 2,19-22; lPe 2,4s). Es el único *pastor que conoce a sus ovejas en su diversidad (Jn 10,3) y, dando su vida, quiere reunir en su rebaño a los hijos de Dios *dispersos (Jn 10,14ss; 11,51s). Por él se restaura la unidad en todos los planos: unidad interior del *hombre desgarrado por sus pasiones (Rom 7,14s; 8,2.9); unidad de la pareja conyugal, cuyo modelo es la unión de Cristo y de la Iglesia (Ef 5, 25-32); unidad de todos los hombres, a los que el Espíritu hace hijos del mismo *Padre (Rom 8,14ss; Ef 4, 4ss) y que no teniendo sino un *corazón y un *alma (Act 4,32), alaban con una sola voz a su Padre (Rom 15,5s; cf. Act 2,4.11). Hay por tanto que promover esta unidad que desgarran toda clase de cismas (lCor 1,10), pero cuyo fundamento es la única fe en el único Se-ñor (Ef 4,5.13; cf. Mt 16,16ss). El signo de la única Iglesia, confiada al amor de Pedro (Jn 21,15ss), es su unidad, *fruto que llevan los que permanecen en el amor de Cristo y observan fielmente su mandamiento único: ‘Amaos unos a otros como yo os he amado’ (13,34s); su fidelidad y su fecundidad se miden por su unión con Cristo, semejante a la de los sarmientos con la cepa (15,5-10). La unidad de los cristianos es necesaria para que se revele en ellos al mundo el amor del Padre manifestado por el don de su Hijo único (3,16) y para que todos los hombres sean unos en Cristo (Ef 4,13); entonces se realizará el supremo,deseo de Jesús: ‘Padre, que todos sean uno, como nosotros somos uno’ (Jn 17,21ss).
- -> Amor – Comunión – Cuerpo de Cristo – Iglesia – Esposo – Padre.
- LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona, 2001
- Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas
La palabra unidad como tal es muy rara en la Biblia, pero la idea que hay tras el término, aquella de un pueblo de Dios, es sumamente prominente. Ya en el AT, Israel desciende de un padre, y aunque más tarde las tribus fueron divididas, el Salmista elogia la unidad (Sal.133:1) y Ezequiel esperaba el tiempo en que habrá «una sola pieza de madera» (Ez.37:17, ).
No es ésta una unidad meramente natural y política, porque Abraham es elegido divinamente, e Isaac es el hijo de la promesa especial y un milagro. En el NT esta unidad se expande de acuerdo a la promesa original. El muro de división entre judío y gentil, entre griegos y bárbaros, amo y esclavo, hombre y mujer, es derribada.
Ahora hay un pueblo de Dios que abraza a los hombres de todas las naciones (Ef.2:12s.; Gá.3:28). Pero esta nueva unidad no es por mera buena voluntad, o intereses comunes, u organización eclesiástica. Es una unidad de expansión a causa de contracción. Es una unidad en la única simiente (Gá.3:16) quien ha venido como el verdadero israelita y como el segundo Adán (Ro.5:12s.).
Los antiguos y alienados seres humanos son hechos uno en Jesucristo (Ef.2:15). Jesucristo es la base de la unidad de este pueblo. Pero ellos son uno en Jesucristo como aquel que los reconcilió muriendo y resucitando en su lugar. Como hombres divididos se unen por primera vez en su cuerpo crucificado, en el cual su vida antigua es muerta y destruida.
Ellos son reconciliados en un cuerpo por la cruz (Ef.2:16). «pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron» (2 Co.5:14). Pero Jesucristo no sólo murió, sino que resucitó, y como el Resucitado es la verdadera vida de su pueblo (Col.3:3–4).
De modo que se unen en su cuerpo resucitado, en el cual son el nuevo hombre. Véase además Nueva creación, Ahora, si esta unidad está centrada en Jesucristo, es necesariamente una unidad del Espíritu Santo. Los creyentes tienen su nueva vida en Cristo tal como nacen de un solo Espíritu (Jn.3:5; Ef.4:4).
Esto significa que son hermanos de Jesucristo y unos con otros en la familia de Dios. Tienen al Dios y padre de todo (Ef.4:4). No sólo tienen un nacimiento común, sino una mente común que es la mente de Cristo (Fil.2:5). Son dirigidos por el Espíritu, siendo edificados para morada de Dios en el Espíritu (Ef.2:22).
- Cuán completa y real es esta unidad se ve en el hecho de que la iglesia (véase) es llamada la esposa de Cristo, y por lo tanto es un cuerpo y un espíritu con él (cf.1 Co.6:17; Ef.5:30).
- De manera que puede ser descrita simplemente como su cuerpo, del cual los cristianos son miembros (Ro.12:4).
- Dado que es por fe que los cristianos pertenecen a Cristo, su unidad es una unidad de fe (Ef.4:13).
Es expresada en los dos sacramentos, porque así como hay un solo bautismo (Ef.4:5), así también hay un solo pan y una sola copa (1 Co.10:17). Como la unidad pertenece esencialmente al pueblo de Dios, es correcto que debería encontrar expresión en el credo (una iglesia), y que en todas las épocas hubiera un interés por la unidad cristiana de acuerdo a la oración de Cristo mismo (Jn.17:21).
- Sin embargo, para lograr una unidad genuina, es necesario tomar en cuenta los siguientes puntos.
- La unidad cristiana es un hecho dado de la nueva vida que debe ser creído y aceptado en fe en Cristo.
- No es una fe creada, protegida y puesta en vigencia por una institución o asociación humana.
- Ni puede ser simplemente comparada con una estructura particular de la iglesia o tipo de ministerio, práctica o dogma.
Tal como la justicia del cristiano, está fundada primordial y exclusivamente en Cristo. Una vez más, la unidad cristiana no es idéntica a la uniformidad. No permite división. Aunque no excluye la variedad. El Espíritu da diferentes dones (1 Co.12:4s.) En el cuerpo de Cristo hay muchos miembros ( ibid.
- 14s.). La unidad basada en Cristo da lugar para la diversidad de acción y función, conformándose sólo a la mente de Cristo y a la dirección del Espíritu.
- Finalmente, la unidad recibida en fe debe encontrar expresión en vidas y hechos históricos.
- No debe haber consentimiento contradictorio en cuerpos de cristianos divididos o selectivos.
Hasta este punto, es correcto y necesario que haya una búsqueda activa de unidad práctica; pero sólo en la base de la unidad ya dada y, por lo tanto, con un completo mirar a Cristo y una mayor sujeción a su Espíritu. Geoffrey W. Bromiley Biblia de Jerusalén Harrison, E.F., Bromiley, G.W., & Henry, C.F.H.
¿Qué significa estar en unidad?
Significado de Unidad Unidad proviene del término en latín unitas y designa la calidad de lo que es único e indivisible, Es lo que se considera de forma individual y no en plural. Unidad puede significar el humano de mantenerse unido y solidario con otros grupos de personas. Unidad también se refiere a la unión de los componentes con una cierta homogeneidad o identidad. Una unidad militar es una organización integrada por soldados pertenecientes a la misma fracción de un sistema militar.
Un hospital se compone de varias unidades, siendo la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) una de ellas. Unidad en diferentes áreas se refiere generalmente su concepto básico medible expresado de forma mínima. Por ejemplo, la unidad monetaria o divisa, que es el tipo de moneda utilizado en una región o país; la unidad astronómica, que equivale aproximadamente a la distancia media entre la Tierra y el Sol; la unidad en un libro de texto, que es un tema, lección o capítulo de ese libro.
En matemáticas, la unidad está representada por el número uno (1). Es el elemento desde el que se construyen el resto de los números naturales. Dos es el sucesor de la unidad (o la suma de dos unidades), tres es el sucesor de dos (o la suma de tres unidades) y así sucesivamente.
En, se designa como unidad de medida a la cantidad física que sirve de referencia para una determinada medición. Por ejemplo, el metro de longitud, el kilogramo de masa, el segundo de tiempo. El Sistema internacional de unidades trata de unificar las unidades de medida. Es un sistema utilizado en la mayoría de los países del mundo.
Los Estados Unidos es un ejemplo de una de las pocas excepciones. En informática, la unidad de disco se refiere a aquel dispositivo o aparato que realiza las operaciones de lectura y escritura de los medios o soportes de almacenamiento con forma de disco, refiriéndose a las unidades de disco duro, unidades de discos flexibles (disquetes), unidades de discos ópticos (CD, DVD, HD DVD o Blu-ray) o unidades de discos magneto-ópticos (discos Zip, discos Jaz, SuperDisk).
¿Qué significa la palabra unidad en la iglesia?
La unidad en sentido horizontal expresa la comunión entre todos sus miembros, y en sentido vertical, la ordenación a Cristo, cabeza de la Iglesia.
¿Qué es la unidad en el Cuerpo de Cristo?
21 de abril de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día Ted Wilson (TW): Saludos, amigos, desde la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland.
Estoy aquí una vez más con mis colegas administradores, Erton Kohler, secretario ejecutivo, y Paul Douglas, director financiero y tesorero. Estamos aquí hoy para hablar sobre la «Unidad en el Cuerpo de Cristo», la 14ª Creencia Fundamental de nuestra Iglesia. Erton Kohler (EK): La unidad entre los creyentes es tan importante que comienza con Cristo mismo.
La noche antes de Su crucifixión, Jesús oró fervientemente a Su Padre en el cielo: «A los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. » Juan 17:11, Paul Douglas (PD): Y en Su oración esa noche, Jesús no solo oró por Sus discípulos; Él oró por ti y por mí.
Como se registra en Juan 17:20 y 21, Jesús dijo, «Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.» TW: Es a través de la unidad de los creyentes de Cristo que el mundo creerá las buenas nuevas que tenemos para compartir.
Pero, ¿cómo es esta unidad y cómo puede lograrse? Comentando estos versículos en Juan 17, Elena G. de White escribió, «La unidad que existe entre Cristo y sus discípulos no destruye la personalidad de uno ni otro. Son uno en mente, propósito y carácter, pero no en persona.
- El hombre, al someterse a la ley de Dios y participar de su Espíritu, llega a ser participante de la naturaleza divina.
- Cristo conduce a sus discípulos a una unión viva consigo mismo y con el Padre.
- El hombre se completa en Cristo Jesús mediante la obra del Espíritu Santo en su mente.
- La unidad con Cristo establece un vínculo de unión de los unos con los otros.
Esta unidad es para el mundo la prueba más convincente de la majestad y la virtud de Cristo, y de su poder para quitar el pecado. (Manuscrito 111, 1903). EK: Cuando pensamos en los discípulos de Cristo, sabemos que tenían diferentes antecedentes, diferentes personalidades, diferentes formas de hacer las cosas y, a veces, peleaban por quién sería el más grande.
Jesús sabía todo esto y tenía planes mucho más grandes para ellos, planes para que alcanzaran el mundo para Él! Pero Él sabía que nunca podrían cumplir esta misión hasta que estuvieran completamente unidos. Por eso oró por la unidad entre ellos. TW: En Hechos 2:1 vemos una hermosa respuesta a la oración de Cristo solo unas semanas después — «Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.» «Todos unánimes» significa más que estar físicamente juntos en el mismo lugar; significa que estaban juntos en corazón, mente y alma.
¿Cómo fue que estos mismos discípulos, que poco antes habían estado discutiendo sobre quién sería el mayor, ahora estaban tan unidos en mensaje, misión y corazón? PD: En el libro Los Hechos de los Apóstoles, Elena de White nos dice, «Mientras los discípulos esperaban el cumplimiento de la promesa, humillaron sus corazones con verdadero arrepentimiento, y confesaron su incredulidad.
- P.29). Y luego continúa diciendo: Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad parahablar palabras que pudieran guiar a los pecadores a Cristo.
- Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de supremacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano.’ (p.30) EK: «Estos días de preparación fueron días de profundo escudriñamiento del corazón.
Ella escribe. «Los discípulos sentían su necesidad espiritual, y clamaban al Señor por la santa unción que los había de hacer idóneos para la obra de salvar almas Estaban abrumados por la preocupación de salvar almas. Comprendían que el Evangelio había de proclamarse al mundo, y demandaban el poder que Cristo había prometido.» (p.37),
- TW: Respondiendo a la pregunta de cómo podría tener lugar esta transformación, leemos, «Bajo la instrucción de Cristo, los discípulos habían sido inducidos a sentir su necesidad del Espíritu.
- Bajo la enseñanza del Espíritu, recibieron la preparación final y salieron a emprender la obra de su vida.
- Ya no eran ignorantes y sin cultura.
Ya no eran una colección de unidades independientes, ni elementos discordantes y antagónicos. Ya no estaban sus esperanzas cifradas en la grandeza mundanal. Eran ‘unánimes,’ ‘de un corazón y un alma.’ Hechos 2:46; 4:32. Cristo llenaba sus pensamientos; su objeto era el adelantamiento de su reino.
- En mente y carácter habían llegado a ser como su Maestro, y los hombres ‘conocían que habían estado con Jesús.’ ( Hechos de los Apóstoles.P.37.2).
- PD: Este es el tipo de unidad que necesitamos en la Iglesia de hoy.
- Aunque somos muchos, más de 22 millones de miembros, de cientos de nacionalidades y grupos culturales diferentes, que hablan una miríada de idiomas, Dios nos llama a unirnos, unidos en Él, con un mensaje y una misión: salvar como tantos como sea posible a través de Su poder.
Nuestra 14ª Creencia Fundamental lo explica así: « La iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de todas las naciones, tribus, lenguas, y pueblos. EK: En Cristo somos una nueva creación; las distinciones de raza, cultura, aprendizaje y nacionalidad, y las diferencias entre altos y bajos, ricos y pobres, hombres y mujeres, no deben ser divisorias entre nosotros.
- TW: Todos somos iguales en Cristo, que por un solo Espíritu nos ha unido en una comunión con Él y con los demás; debemos servir y ser atendidos sin parcialidad ni reservas.
- PD: A través de la revelación de Jesucristo en las Escrituras, compartimos la misma fe y esperanza, y nos extendemos en un solo testimonio a todos.
Esta unidad tiene su fuente en la unidad del Dios trino, que nos ha adoptado como sus hijos.» EK: Si ustedes desean conocer más sobre esta hermosa creencia fundamental, les invito a visitr el siguiente enlace:, TW: Hermanos y hermanas, hoy Cristo busca unirnos como uno en Él: uno en mensaje, uno en misión, uno en propósito.
El tiempo es corto. A medida que sigamos los pasos de aquellos primeros discípulos, dejando de lado nuestros propios deseos y ambiciones, y entregándolo todo a Cristo, orando fervientemente por el derramamiento de Su Espíritu Santo, Él vendrá y nos unirá de una manera poderosa, dándonos la sabiduría, fortaleza y valor para proclamar el evangelio eterno a todo el mundo.
Y entonces llegará el final. Les invito a unirse a nosotros en oración ahora mismo. Oración:, EK: Nuestro Padre Celestial. Somos seres humanos con escenas desafiantes en muchas necesidades diferentes. Pero necesitamos estar unidos a ti y unos a otros. PD: Y Padre, te agradecemos por el privilegio de que nos hayas invitado a unirnos a ti en tu misión de salvar este mundo.
- Gracias por el privilegio que nos has dado y concédenos tu espíritu para que podamos estar unidos como uno solo.
- TW: Y Señor, que tu espíritu verdaderamente nos haga a cada uno individualmente, más y más como Jesús, para que tu misión se pueda cumplir de una manera poderosa porque las personas verán a Jesús en nosotros.
Gracias por escucharnos y gracias por unirnos en tu amor, en tu carácter y en tu misión. Oramos todas estas cosas en el nombre poderoso de aquel que oró en Juan 17 para que podamos estar en unidad, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Amén. Creencia # 14 / Pastores Ted Wilson, Paul Douglas, Erton Köhler – YouTube Inter-American Division 49.2K subscribers Creencia # 14 / Pastores Ted Wilson, Paul Douglas, Erton Köhler Watch later Share Copy link Info Shopping Tap to unmute If playback doesn’t begin shortly, try restarting your device.
¿Cuál es la unidad de Dios?
Capítulo 9 La Unidad de Dios – Dios es uno. Hay un solo ser que es Dios. Antes de que el universo existiera, el vivo, personal y autoexistente Dios existía solo. Este ser infinito y perfecto es único. No hay otro igual. Él es único en su clase. En su naturaleza, personalidad y atributos Dios es entero e indivisible.
¿Dónde habla la Biblia de la unidad?
Romanos 12:4-5 – Porque así como en un cuerpo hay muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a los demás (Ro 12:4-5).
¿Cómo se logra la unidad con Dios?
Cómo establecer la unidad Respuestas de líderes de la Iglesia Tomado de un discurso de la Conferencia General de octubre de 2008. Vivimos en muchas circunstancias diferentes y llegaremos al Reino de Dios de toda nación y de diversos orígenes étnicos. Sabemos, por experiencia, que tenemos gozo cuando se nos bendice con unidad. El Padre Celestial no puede concedérnosla de manera individual; el gozo de la unidad que tanto desea concedernos no se recibe de forma solitaria; debemos buscarlo y ser dignos de él junto con las demás personas.
- Por lo tanto, no es de sorprender que Dios nos inste a reunirnos para que Él pueda bendecirnos.
- Él quiere que nos unamos en familias; ha establecido clases, barrios y ramas, y nos ha mandado que nos reunamos a menudo.
- En esas reuniones que Dios ha designado para nosotros yace nuestra gran oportunidad.
Podemos orar y trabajar para lograr la unidad que nos traerá gozo y multiplicará nuestro poder de prestar servicio. Además de las ordenanzas, hay principios que estamos siguiendo como pueblo y que nos están llevando a una mayor unidad.1. Revelación. La revelación es la única manera de saber cómo seguir la voluntad del Señor juntos; requiere iluminación de los cielos.
El Espíritu Santo testificará a nuestro corazón y al corazón de quienes estén reunidos con nosotros lo que Él quiere que hagamos; y es al guardar Sus mandamientos que podemos entrelazar nuestros corazones como si fuesen uno.2. Ser humilde. El orgullo es el gran enemigo de la unidad; ustedes han visto y sentido sus terribles efectos.
“LA UNIDAD DE LA IGLESIA” | Pastor Sugel Michelén. Predicaciones, estudios bíblicos.
Felizmente, veo más y más pacificadores habilidosos que calman las aguas turbulentas antes de causar daño. Ustedes podrían ser uno de esos pacificadores, ya sean participantes del conflicto u observadores. Una manera en que he visto que se ha logrado es buscar algo en lo que estemos de acuerdo.3.
- Hablar bien el uno del otro.
- Piensen en la última vez que se les preguntó cómo iban las cosas con alguien de su familia o de la Iglesia.
- Les prometo un sentimiento de paz y gozo cuando hablen amablemente de los demás en la luz de Cristo.
- Con la unidad que veo en aumento, el Señor podrá llevar a cabo lo que el mundo pensará que es un milagro.
Los santos pueden lograr cualquier propósito del Señor cuando están completamente unidos en rectitud. ¿Cómo han llevado esto a la práctica? El Señor desea que amemos a nuestros hermanos y hermanas, aun cuando las personas no sean iguales a nosotros. Debemos traer a nuestros hermanos y hermanas de regreso a la Iglesia.
¿Como debe ser la unidad de los cristianos?
Unidad con Dios – Por lo tanto la unidad, la del cristiano con Cristo y con la Trinidad, de Cristo con el Cuerpo de Cristo, por consiguiente con todos los cristianos, y del cristiano con los otros cristianos, tiene como fuente la misma unidad: la comunión que, una vez ‘en Cristo’, nos precede y es una realidad.
Y la realidad es más importante que nuestras ideas sobre esa realidad (Papa Francisco). La verdad es que estamos ‘inmersos’ en la misma realidad. Estamos ‘en Cristo’ (y Cristo está en nosotros) y estamos con él en relación con la Trinidad. Por esto somos iglesia. Nos pertenecemos los unos a los otros.
Pertenecemos a la misma ‘realidad’. Sobre el fundamento de la unidad de Dios, de la unidad entre Cristo y el Cuerpo de Cristo, sobre el fundamento de la Trinidad, pertenecemos a la misma realidad. Como ha dicho el Padre Raniero Cantalamessa: ‘La medida de pertenencia a la Iglesia está dado fundamentalmente por el Espíritu Santo que uno tiene o no tiene, y no por los vínculos meramente jurídicos e institucionales.
Entre la pertenencia meramente visible a la Iglesia y una pertenencia espiritual, existe la misma diferencia que en los sacramentos entre el que recibe el signo visible y el que recibe en cambio también la gracia invisible contenida en ellos Aquí está el motivo de nuestra comunión ecuménica con todos los verdaderos creyentes en Cristo, incluso los de fuera de nuestra iglesia.
Es por lo tanto una comunión entre todos los cristianos que no es sólo in votis, esto es en el deseo y en el futuro, sino ya presente y efectiva’. Y Serafín de Sarov dice que el fin auténtico de la vida cristiana es conseguir el Espíritu Santo poseer y ser poseído por el Espíritu Santo.
- Que tener el Espíritu Santo en la profundidad del corazón es la vida cristiana; tener comunión con él en lo profundo del corazón es ser santo.
- Por lo tanto, si esto es verdad, de manera misteriosa – porque es invisible – pero no por esto menos real, si tenemos el Espíritu, tenemos a Cristo, tenemos la Trinidad.
¡Así que somos cristianos! Formamos parte, por lo tanto, del cuerpo de Cristo. Somos iglesia. Porque quien tiene a Cristo tiene a la iglesia. Quien es de Cristo, es de la Trinidad, es de la iglesia. Es el misterio del vínculo profundo e inseparable de Cristo y de la Trinidad con la iglesia.
Y de la iglesia con Cristo y con la Trinidad. Cristo y el cuerpo de Cristo: ‘oùtos ò Christòs’, ‘esto es Cristo’. Precisamente: ‘Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo Y todos hemos bebido de un solo Espíritu’. – (1Corintios 12, 13). El ADN del movimiento pentecostal Por esto sigo pensando que el movimiento del Espíritu, conocido como de Pentecostés, en las dos vertientes, la católica y la pentecostal, tiene en su ADN histórico y espiritual la misma vocación a la unidad.
Y no habrá terminado de dar toda su contribución al propósito de Dios para su existencia hasta que no se haya incendiado de amor por la unidad, no sea transformado en un movimiento consciente de su vocación a la unidad. Porque ha nacido del Espíritu, tiene sus raíces en la misma manifestación, la del inicio del siglo XX – recuerdo al cardenal Suenens – la pentecostal.
- A veces la lluvia que pedimos, y de la que tenemos necesidad, comienza a caer el jardín de la familia que vive al lado.Y de todas maneras, siempre el objetivo de cada Pentecostés, siempre, y no puede ser más que vida y paz.
- Vida de resurrección y reconciliación.
- Vida sobrenatural y paz.
- Como en el Pentecostés de los Hechos de los Apóstoles.
Como en el valle de los huesos secos. ¡Vida y paz!
¿Qué es una unidad y un ejemplo?
Las unidades de medida son instrumentos utilizados para cuantificar diferentes cosas, en la medida que los números en sí mismos solo permiten contar aquellas cosas separables como unidades. No todo lo que las personas tienen la intención de medir puede separarse por unidades, ni siquiera agregando la posibilidad de fracciones : se necesita en ciertos casos introducir patrones de medida diferentes.
- Por ejemplo: metro, pulgada, kilogramo, libra.
- Estas unidades vienen a complementar a los valores escalares, y en general constituyen una o dos palabras mencionadas al final del número.
- El conocimiento sobre unidades de medida hace que se comprenda de qué clase de unidad es de la que se está hablando.
Sin embargo, dentro de lo que es la medición de una magnitud existen expresiones diferentes, lo cual hace necesario un proceso de conversión, del que a veces el conocimiento está restringido a los científicos expertos en el tema. Es por eso que en lo que interesa a la mayor parte de la sociedad, es habitual que se presenten las unidades de medida en una sola por área, dentro de la misma región: en todo caso, se presentan los múltiplos de una misma unidad, lo que no constituye dos diferentes (gramos, miligramos y kilogramos son parte de la misma unidad de medida).
- Cuando una persona que no conoce mucho de unidades de medida viaja a otro lugar, es habitual que pueda tener confusiones en la cuantificación de las magnitudes.
- Sin embargo, se ha convenido introducir un sistema internacional de unidades para que el mundo tenga una forma única de medir ciertas magnitudes,
Se convino, entonces, elaborar una lista de siete unidades de medida: una de longitud, una de masa, una de tiempo, una de intensidad de corriente eléctrica, una de temperatura termodinámica, una de cantidad de sustancia y una de intensidad luminosa.
¿Cómo se debe practicar la unidad?
EL VALOR DE LA UNIDAD Y EL TRABAJO EN EQUIPO
- Nuestra sociedad hace aguas en lo que llamamos los valores, es decir, a aquello que yo le doy importancia y por lo tanto tiene valor en mi vida, y si hay valores, estos se encuentran devaluados o desordenados, el yo por encima del colectivo.
- En todos los sectores sociales y humanos es fundamental destacar el valor de la unidad, del trabajo en equipo, del convencimiento real que necesitamos unos de otros, que nos tenemos que apoyar para poder conseguir nuestra metas y objetivos, no podemos vivir al margen de los demás, sino que debemos crear siempre puentes de unión para que podamos convivir juntos y en armonía, y no solo llevándose bien, sino también buscando la unión.
- En la unidad concentramos la energía, y dirigimos el pensamiento, nuestras ideas, y para ellos nos marcamos un objetivo claro, donde queremos llegar, y entonces es cuando los que trabajan en el mismo proyecto unen las fuerzas.
Para poder trabajar en equipo es importante no pensar solo en un uno mismo, es vital dejar el exceso de ambiciones, e ir con mucho cuidado con lo que significa la competitividad. Esforzarse por hacer las cosas bien, pero mirando el bien común y la razón, el objetivo marcado para el trabajo en equipo.
- La visión compartida, es vital también en la integración de las personas con discapacidad, y se debe compartir una misma visión, y para ello tenemos que saber dónde queremos llegar, y que tenemos que luchar todas las entidades vinculadas a las personas con discapacidad, por un mismo objetivo, que es la normalización en la vida, y es algo en donde deben unirse técnicos, familia, apoyos, los usuarios, instituciones, todos por llegar a la inclusión en la sociedad en todos los ámbitos de la vida.
- Son vitales los apoyos, saber qué es lo que necesita cada uno, y unificar esfuerzos, no todas las personas necesitan lo mismo, cada persona es diferente pero en esa diferencia también esta lo que nos hace especiales, y desde esa diferencia debemos complementarnos.
- Se debe implicar a toda la sociedad, a todos los miembros, de cualquier edad y condición, para ello hay que apostar por la generosidad de unos con otros, de la necesidad de unir nuestras fuerzas y tener bien claro el objetivo común por encima de los particulares de cada uno.
- Javier Abad Chismol
: EL VALOR DE LA UNIDAD Y EL TRABAJO EN EQUIPO
¿Qué dice la Biblia sobre la Unión?
Romanos 12:4-5 – Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros.
¿Qué dice Juan 17 23?
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean a perfeccionados en uno, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los b has amado a ellos, como también a mí me has amado.
¿Como debe ser la unidad de los cristianos?
Unidad con Dios – Por lo tanto la unidad, la del cristiano con Cristo y con la Trinidad, de Cristo con el Cuerpo de Cristo, por consiguiente con todos los cristianos, y del cristiano con los otros cristianos, tiene como fuente la misma unidad: la comunión que, una vez ‘en Cristo’, nos precede y es una realidad.
Y la realidad es más importante que nuestras ideas sobre esa realidad (Papa Francisco). La verdad es que estamos ‘inmersos’ en la misma realidad. Estamos ‘en Cristo’ (y Cristo está en nosotros) y estamos con él en relación con la Trinidad. Por esto somos iglesia. Nos pertenecemos los unos a los otros.
Pertenecemos a la misma ‘realidad’. Sobre el fundamento de la unidad de Dios, de la unidad entre Cristo y el Cuerpo de Cristo, sobre el fundamento de la Trinidad, pertenecemos a la misma realidad. Como ha dicho el Padre Raniero Cantalamessa: ‘La medida de pertenencia a la Iglesia está dado fundamentalmente por el Espíritu Santo que uno tiene o no tiene, y no por los vínculos meramente jurídicos e institucionales.
Entre la pertenencia meramente visible a la Iglesia y una pertenencia espiritual, existe la misma diferencia que en los sacramentos entre el que recibe el signo visible y el que recibe en cambio también la gracia invisible contenida en ellos Aquí está el motivo de nuestra comunión ecuménica con todos los verdaderos creyentes en Cristo, incluso los de fuera de nuestra iglesia.
Es por lo tanto una comunión entre todos los cristianos que no es sólo in votis, esto es en el deseo y en el futuro, sino ya presente y efectiva’. Y Serafín de Sarov dice que el fin auténtico de la vida cristiana es conseguir el Espíritu Santo poseer y ser poseído por el Espíritu Santo.
- Que tener el Espíritu Santo en la profundidad del corazón es la vida cristiana; tener comunión con él en lo profundo del corazón es ser santo.
- Por lo tanto, si esto es verdad, de manera misteriosa – porque es invisible – pero no por esto menos real, si tenemos el Espíritu, tenemos a Cristo, tenemos la Trinidad.
¡Así que somos cristianos! Formamos parte, por lo tanto, del cuerpo de Cristo. Somos iglesia. Porque quien tiene a Cristo tiene a la iglesia. Quien es de Cristo, es de la Trinidad, es de la iglesia. Es el misterio del vínculo profundo e inseparable de Cristo y de la Trinidad con la iglesia.
Y de la iglesia con Cristo y con la Trinidad. Cristo y el cuerpo de Cristo: ‘oùtos ò Christòs’, ‘esto es Cristo’. Precisamente: ‘Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo Y todos hemos bebido de un solo Espíritu’. – (1Corintios 12, 13). El ADN del movimiento pentecostal Por esto sigo pensando que el movimiento del Espíritu, conocido como de Pentecostés, en las dos vertientes, la católica y la pentecostal, tiene en su ADN histórico y espiritual la misma vocación a la unidad.
Y no habrá terminado de dar toda su contribución al propósito de Dios para su existencia hasta que no se haya incendiado de amor por la unidad, no sea transformado en un movimiento consciente de su vocación a la unidad. Porque ha nacido del Espíritu, tiene sus raíces en la misma manifestación, la del inicio del siglo XX – recuerdo al cardenal Suenens – la pentecostal.
- A veces la lluvia que pedimos, y de la que tenemos necesidad, comienza a caer el jardín de la familia que vive al lado.Y de todas maneras, siempre el objetivo de cada Pentecostés, siempre, y no puede ser más que vida y paz.
- Vida de resurrección y reconciliación.
- Vida sobrenatural y paz.
- Como en el Pentecostés de los Hechos de los Apóstoles.
Como en el valle de los huesos secos. ¡Vida y paz!
¿Cuál es la importancia de la unidad?
EL VALOR DE LA UNIDAD Y EL TRABAJO EN EQUIPO – Trevol Integra
- Nuestra sociedad hace aguas en lo que llamamos los valores, es decir, a aquello que yo le doy importancia y por lo tanto tiene valor en mi vida, y si hay valores, estos se encuentran devaluados o desordenados, el yo por encima del colectivo.
- En todos los sectores sociales y humanos es fundamental destacar el valor de la unidad, del trabajo en equipo, del convencimiento real que necesitamos unos de otros, que nos tenemos que apoyar para poder conseguir nuestra metas y objetivos, no podemos vivir al margen de los demás, sino que debemos crear siempre puentes de unión para que podamos convivir juntos y en armonía, y no solo llevándose bien, sino también buscando la unión.
- En la unidad concentramos la energía, y dirigimos el pensamiento, nuestras ideas, y para ellos nos marcamos un objetivo claro, donde queremos llegar, y entonces es cuando los que trabajan en el mismo proyecto unen las fuerzas.
Para poder trabajar en equipo es importante no pensar solo en un uno mismo, es vital dejar el exceso de ambiciones, e ir con mucho cuidado con lo que significa la competitividad. Esforzarse por hacer las cosas bien, pero mirando el bien común y la razón, el objetivo marcado para el trabajo en equipo.
- La visión compartida, es vital también en la integración de las personas con discapacidad, y se debe compartir una misma visión, y para ello tenemos que saber dónde queremos llegar, y que tenemos que luchar todas las entidades vinculadas a las personas con discapacidad, por un mismo objetivo, que es la normalización en la vida, y es algo en donde deben unirse técnicos, familia, apoyos, los usuarios, instituciones, todos por llegar a la inclusión en la sociedad en todos los ámbitos de la vida.
- Son vitales los apoyos, saber qué es lo que necesita cada uno, y unificar esfuerzos, no todas las personas necesitan lo mismo, cada persona es diferente pero en esa diferencia también esta lo que nos hace especiales, y desde esa diferencia debemos complementarnos.
- Se debe implicar a toda la sociedad, a todos los miembros, de cualquier edad y condición, para ello hay que apostar por la generosidad de unos con otros, de la necesidad de unir nuestras fuerzas y tener bien claro el objetivo común por encima de los particulares de cada uno.
- Javier Abad Chismol
: EL VALOR DE LA UNIDAD Y EL TRABAJO EN EQUIPO – Trevol Integra
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra unidad con Dios?
PRINCIPIOS PARA COMPRENDER Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios. Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen. Debemos estar dispuestos a servir dondequiera que nos encontremos. A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.